jueves, 8 de diciembre de 2011

Festival Eñe: Conferencias y charlas de un sábado por la tarde

16h. 3ª planta. Sala de juntas. Samuel Alonso Omeñaca (451 Editores).  (Sábado 12/11/11)

451 Editores se centra en la narrativa, el ensayo y el libro ilustrado. Confronta  a tres autores en busca de editorial, pero mi paso por esta sala, apenas duró lo que las primeras palabras del director de dicha editorial: Samuel Alonso Omeñaca. 
451 Editores
La tarea del editor, por hacerla atractiva, (comentaba Samuel), es tender puentes entre el escritor y el lector. Casi todos tenemos un original en un cajón buscando un editor. Y el trabajo del editor actual no es como el del editor de los años 70, ahora uno abre un periódico y todo es económico. Debemos pensar en el coste de ese puente y en el peaje a cobrar. 
La editorial 451 apuesta por la narrativa y por la literatura contemporánea. Quieren ser una editorial de su tiempo, de leer y publicar sobre este tiempo. También apuestan por el ensayo porque es necesaria la reflexión. La novela gráfica también les interesa y apuestan por las colecciones de cómics. 
Samuel cuenta que estas son sus cuatro apuestas, la  narrativa, la literatura contemporánea, el ensayo y la novela gráfica, y cuando piensa en su proyecto editorial quiere que sus colecciones dialoguen entre sí, que cada colección tenga un vínculo. 

16:30 José Manuel Caballero Bonald y Juan Cruz. 4ª planta. Salón de Columnas. 

Juan Cruz y J. M. Caballero Bonald
Estos dos grandes escritores, se encuentran para dar un repaso a la literatura de hoy y de ayer dentro del contexto actual. El poeta Caballero Bonald, se enfrenta al editor y periodista Juan Cruz con profundidad e ingenio. Su charla no nos dejó indiferente a ninguno. 
Tuve ocasión de conocer a Juan Cruz el año pasado, cuando le regalé un ejemplar de nuestro libro álbum de familia. Le comenté entonces que el libro comenzaba con una frase suya. Le hizo mucha ilusión. Nos fotografiamos. Me dio las gracias. Ha pasado un año y aquí estamos de nuevo. 
La charla de esta tarde se inicia con la novela Ágatha, de hace 37 años, en la que se creaba un lenguaje en el que se toca la tierra y se escucha el aire. Es muy sensorial, coinciden en admitir. 
Cada cierto tiempo, un movimiento literario se agota para dar paso a otro. La propia historia de la literatura necesita abrir caminos en otros sentidos. 
¿Uno vive haciendo memoria o la memoria te sobrevive? pregunta Juan Cruz. El escritor debe tener memoria porque de alguna manera, se cuenta lo que se ha vivido, alterándolo, modificándolo y adecuándolo al propio texto, contesta Caballero Bonald. La memoria trabaja como argumento, a  veces te engaña, es muy polivalente y arbitraria.
¿Cómo se seleccionan los recuerdos que merecen o no la pena? Todo el que recuerda se equivoca. Hay recuerdos falsos y otros ajenos que nos apropiamos y ya no sabemos si hay cosas que hemos vivido o nos han hecho vivir. La literatura no es una cuestión de verdades sino de lenguaje y lo que uno utilice parta canalizar las pasiones humanas es igual que sea verdadero o falso. Lo que de verdad importa es el lenguaje. Ahora que soy muy viejo, añade, no me importa tanto el argumento sino el lenguaje. Yo me distancio de todo lo realista, prosigue, lo que cuenta la cotidiano no me interesa, eso lo puedo ver sin tener que leerlo. Lo explícito, y lo obvio, lo que cuenta lo corriente de la vida con palabras corrientes, eso, no me interesa. 

Anoto en mi cuaderno que en este festival la palabra crisis es la estrella, junto a la palabra lenguaje y literatura. No hay una sola conferencia a la que haya acudido que no se hayan abordado estos tres temas. 

Mis poemas están llenos de preguntas, confiesa Caballero Bonald, soy un militante de la perplejidad, sobre todo en mis últimos trabajos. De viejo me he vuelto insumiso, más rebelde. La poesía es un género de juventud, que es cuando se puede hablar de pasión, de amores, etc. Mayor, no hay nadie ya. Siempre ha existido una preocupación por el tiempo y por lo que éste hace. La desgana es una palabra, como veneno, que uso mucho en mis poemas. Me flaquea el ánimo con frecuencia y me dedico a la vida contemplativa. 

¿Por qué la palabra veneno? pregunta Juan. Caballero Bonald, sonríe, luego encoge los ojos, la mirada, y contesta: Yo pertenecí al grupo poético de los cincuenta. Teníamos un sentimiento de autodestrucción, de haber llegado al límite de la desgana y no querer e seguir bebiendo. Fue un final brusco y violento para muchos. De ahí el veneno. La ironía fue un truco para comentar cosas que la censura no sabía penetrar, se desdibujaba lo que se contaba, con la ironía. Yo empecé a escribir mis memoria por costumbre de vivir, por falta de imaginación. Buscaba un argumento atractivo, me aburría, hice varios intentos y me acordé de un aspecto de mi familia, muy novelero, como que cinco miembros de mi familia pasaban la vida en la cama, sin estar enfermos ni nada. Les llamábamos los acostados. Y nadie los criticaba. LA mayoría murieron en la cama. Kafka decía que Despertar es el momento más arriesgado del día. 

No importa, comenta para terminar la charla, el tiempo que transcurra en una novela, sino lo que se cuenta en ese tiempo y lo que puede ocurrir allí.


17h. Poesía y música. Manuel Rivas y César Morán. 2ª planta. Teatro Fernando de Rojas. La enigmática organización. 

Manuel Rivas
Seguimos a Manuel Rivas por las escaleras, pero luego nos desviamos hacia otra de las conferencias. Cuando salimos de la de Juan Cruz, nos colamos, a oscuras, en esta que ya había dado comienzo. Las luces estaban apagadas. Inma y yo conseguimos un sitio en el patio de butacas más central, Loli llegó más tarde y no la ubicamos. 
Manuel Rivas estaba descalzo sobre el escenario, sentado en el suelo, hablando en gallego, mientras César Morán tocaba la guitarra. Una maleta abierta, cientos de folios y una baraja de cartas se desparramaban en el proscenio. Un lamento feroz emergía de la garganta del autor. 
Palabras en vilo, en lucha contra la substracción de sentido, el virus de la desmemoria y el tormento de la asfixia. La primera existencia del lenguaje como el arte ecológico de no dominar: rumor, cántico, grito, danza, plegaria... El andar vagabundo de las palabras.  Manuel Rivas recita sus poemas mientras Inma y yo nos escapamos a hurtadillas. Loli permanece. 

Damos una vuelta por la librería, esperamos que la conferencia acabe. Loli sale maravillada. Cree que hace tiempo que no ve algo tan maravillosos. Los ojos le brillan. Inma y yo la miramos incrédulas. Nosotras no hemos disfrutado, es más, nos hemos salido a mitad de la interpretación. No entendíamos nada. A veces, me cuesta la poesía, pero en gallego, y con una interpretación algo surrealista, me cuesta mucho más. 

Esperamos a que salga Manuel Rivas para regalarle un libro de Cuando vivíamos aquí. El año pasado le regalamos álbum de familia. El caso de regalárselo este año es más cosa mía, ya que uno de mis relatos que aparecen en el libro, La torre de Hércules, nació de la conferencia que Manuel Rivas hizo el año pasado aquí en el Festival Eñe. Contó un relato de su infancia, muy cerca de la Torre de Hércules, y me dio así unos personajes y un hilo del que tirar para elaborar un cuento a mi  medida pero iniciado con sus recuerdos. Se lo conté. Buscó el cuento y me preguntó mi nombre. Loli insistió en fotografiarnos. Creo que salimos bien  :-)


Próxima entrega, la última del Festival Eñe: ANA MARÍA MATUTE (El asiento K).

I.M.G. 

9 comentarios:

  1. Aplausos, Isa. Excelente crónica.

    He tenido oportunidad de tratar a Manuel Rivas un par de veces y aparenta ser un tímido sin remedio. Sé lo que digo porque, en ese sentido, yo soy igual.

    Un abrazo.

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  2. Me hubiera gustado ver esa actuación de Rivas, solo por la curiosidad que me provoca ver a un escritor escenificando un poema.

    Besitos

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  3. Esto está muy bien, pero luego te quejarás de que no tienes tiempo para escribir tu novela. Lo dicho, deja de hacer lo fácil (para ti, para mi hacer estas excelentes crónicas sería imposible) y dedícate a escribir ¡YA!. O no.

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  4. Gracias Pedro. Haces que escribirlas sea más interesante.

    Elysa, Loli disfrutó muchísimo, yo debo decirte que Inma y yo nos salimos porque no entendimos nada y nos pareció aburrido, tal vez no era el momento, no sé. Lo valoraré la próxima vez que lo vea, de ppio a final.

    Ximens, tienes razón, tengo que dedicarme YA. Esto es para no perder agilidad en los dedos y entretenerme sin reglas ni esquemas. Como verás sólo le dedico un poquito de tiempo cada X días, pero te haré caso, ya lo hablamos. Estoy pasando una crisis creativa, pero como todas las crisis: PASARÁ :-)

    Gracias, amig@s

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  5. bueno, fenomenal blog, lleno de gusto por la palabra y la escritura
    saludos blogueros

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  6. Muchas gracias, José Antonio. Un placer conocerte.

    Saludos

    Isa

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  7. Nena, pero de dónde sacas tiempo para tanto??? Ah, sí, de las risas del Jardín que no visitas, je, je... pero no te preocupes que últimamente está en plan makis y ya se sabe... cuando se va a las trincheras es mejor dejarle hasta que llegue la primavera... Bss

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  8. Hola, guapa, a mil por hora voy, y más en estas fechas, siento que mis visitas a tu jardín estén siendo más espaciadas últimamente, ahora mismo voy para allá, a ver si lucen ya los farolillos de navidad.

    Besitos

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  9. Isa, ver a Manuel Rivas escenificando sus poemas fue como estar en otra dimensión, con la música de la guitarra, y ese lenguaje casi mágico. Para mí lo mejor de todo el festival EÑE, encontrarme así de lleno con la poesía sin esperarlo.
    Me encantan tus crónicas ¿te lo he dicho alguna vez?

    besicos wapi

    L;)

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