Me gustan las cartas. Adoro las cartas. El trazo que usas especialmente para mí
cuando me escribes. El color de la tinta. Los picos de las emes y las enes, la
forma en que alargas los rabillos de las "pes", las "des", las "jotas" y las
"efes" y las "ges", también las "as" que nunca cierras y que a veces parecen
"ces". Me gusta tu manera de arremolinar palabras, de no saltarte ninguna tilde
o de pedir disculpas cuando lo haces. Me gusta ese ingenio que usas cuando me
llamas de mil maneras diferentes siendo todas ellas sinónimos de mí. Me gusta
cuando rasgo el sobre y huele a ti. Me gusta escoger el lugar donde leer tu
carta e imaginar el lugar que escogiste para escribírmela. Pensabas en mí y
pienso en ti. Estamos en nuestras cartas...
Alguna vez escribí esto a alguien. No llegué a enviar esta introducción de carta, ni mucho menos la carta entera. Me gusta atesorar mis propias cartas. He enviado más de las que he recibido, de eso estoy segura, pero también guardo muchas más de las que he echado al buzón. Algunas llegaron a algún concurso, un par de ellas ganó algún premio y otra, viajera, está esperando.
Una de mis entradas, a principios de este blog, está dedicada a las cartas. "Se mueren las cartas", llamé a esa entrada. Es cierto que se mueren y que renacen de otra manera, tal vez. Hoy quiero rendirles homenaje de nuevo, pero a través de tres novelas epistolares que he leído recientemente por recomendación de dos amigas. Llamémoslas S. y P.
Si no me hubieran maravillado. No estaría hoy sentada en mi escritorio, al abrigo de una estufa, escribiendo sobre ellas para vosotros y para mí. Ahora toca recomendarlas:
1. Paradero Desconocido. (Kressmann Taylor)
Mi amiga P. me sugirió esta misma mañana esta novela epistolar de muy pocas páginas. La leí del tirón, en apenas una hora.
Escrita en 1938, (poco antes de que comenzara la 2ª Guerra Mundial), por la autora Kressmann Taylor, (seudónimo de la autora estadounidense Katherine Kressman), y que fueron publicadas para la revista Story.
Paradero desconocido constituye un testimonio lacerante contra el nazismo a través de las cartas de dos amigos íntimos: Martin y Max.
Martin Schulse, alemán, vuelve a Alemania con su mujer y sus hijos y Max Eisenstein, judío norteamericano permanece en Estados Unidos al frente del negocio de ambos dedicado a la venta de obras de arte. La novela comienza con cartas cordiales entre íntimos amigos y socios. Dichas cartas nos mostrarán el cambio que se procesa en Martin con la subida al poder de Hitler. El tercer personaje de la novela es Griselle, hermana de Max y ex-amante de Martin, (judía también), que aunque no escribe ni recibe ninguna carta, será el punto de giro de la novela, donde comienza la verdadera trama. Cuando leais en una de las cartas el binomio "paradero desconocido", se os pondrán los vellos de punta, como me ocurrió a mí. No podréis dejar de leer estas cartas ni de volver a horrorizaros con lo que ocurrió en Alemania. Un libro corto que tiene mucho dentro. Absolutamente recomendable. De los mejores libros epistolares que he leído.
2. 84 Charing Cross Road (Helene Hanff).
Hace muchísimo que mi amiga P. me recomendó este libro. Mi amiga B. también me lo sugirió estas navidades. Perezosa de mí antes un libro fino, (sí, a la gente le da pereza los libros gordos y a mí los delgaditos), había ido posponiendo su lectura hasta que ayer hice un repaso de mis libros pendientes y me dije que al fin llegó el día de leer 84, Charing Cross Road.
Como buena amante de Londres, (procuro visitarlo al menos una vez al año), y de los libros, yo también suelo perderme por Charing Cross Road. Me gusta husmear en las viejas bibliotecas, oler los libros, acariciar lomos viejos y acartonados, descubrir mil tonos de color entre el blanco y el amarillo. El efecto del tiempo no es el mismo según el papel del que se trate. Los ácaros no dejan de roer las páginas más abandonadas, pero las letras, no, las letras no las tocan. Sólo nosotros somos capaces de devorarlas.
¿Y de qué trata esta novela corta epistolar? Son cartas. Cruces de cartas. Cartas que comienzan en la época posterior a la finalización de la 2ª Guerra Mundial y que continúan sus idas y venidas a través de los años, entre una amante de los libros norteamericana y el encargado y los trabajadores de una librería londinense de Charing Cross Road, en el número 84.
En algún lugar leí que se trata de la historia de dos almas solitarias unidas por una pasión: la lectura. Helene Hannf y Frank Doel se escribieron cartas durante 20 años y jamás se conocieron. De alguna manera yo también he vivido esta historia. Yo también estuve allí. Yo también me emocioné. Yo leí todos aquellos libros. Y, por supuesto, yo también quise a toda esa gente y viví en el 84 de Charing Cross Road.
Altamente recomendable.
3. Carta de una desconocida (Stefan Zweig).
Mi amiga S. no dejó de recomendarme este libro ni un sólo día hasta que lo leí. Como en los casos anteriores, la novela es corta, epistolar, y se lee casi del tirón. En esta ocasión no es un cruce de cartas como ocurre en los dos libros señalados más arriba. Se trata de una única carta escrita por una desconocida al que fue el amor de su vida y padre de su hijo muerto.
Stefan Zweig nos plantea en su libro la cuestión del amor no correspondido, del endiosamiento y la idealización. Carta de una desconocida es una historia deliciosa y cruel a la vez.
Una mujer se enamora perdidamente, siendo apenas una niña, de un escritor mujeriego, egocéntrico, vanidoso e ignorante del amor que ella le profesa a lo largo de toda su vida. La carta es una declaración de amor y a la vez una despedida.
A través de esa carta dirigida a su amor, la desconocida, nos revela los momentos más relevantes de su vida, condicionada por ese amor no correspondido.
Zweig explora el oscuro terreno de los sentimientos, tan irracionales, como sorprendentes.
¿Es posible amar a alguien que no sabe ni que existimos? Supongo que a la mayoría os surgirá algún nombre, tal vez un compañero del colegio a quien aún recordais de vez en cuando, quizá cada mañana a las 11 y 25; tal vez una compañera de Instituto que hacía que te sonrojaras cuando os cruzábais en el pasillo; quizá el vecino de al lado, al que conoces de toda la vida y al que miras cuando no te mira. Cada uno tendrá su caso, su amor idealizado, que en ningún caso es o ha sido real, pero ahí está. De lo que sin duda debemos huir es del amor enfermizo. Como decía una vieja amiga: "las obsesiones son malas". Que amores como el de esta novela, vivan sólo ahí, entre páginas, para que huyamos de ellos, de los amores enfermizos.
Como me dijo alguien de quien mucho aprendí y a quien tengo en gran estima, llamémoslo J., todo debe ajustarse a una medida: a la justa medida. Ni más. Ni menos. La justa medida.
Espero que disfrutéis estos libros tanto como los he disfrutado yo. Si ya los habéis leído no dudeis en dejarme vuestra opinión. Y si no los habeis leido pero vais a hacerlo, cuando los termineis, hacedme una visita y contadme. Me encanta intercambiar opiniones sobre libros. Como suelo decir cuando algo me gusta mucho: Me flipa.
Mi buzón siempre os espera :-)
I.M.G.
Se me hizo tarde... dentro de un ratito vuelvo!! TE mando besos mientras tanto... por cierto tú me dijistes que habías visto la paleta de Van Gogh con golpes, etc... pues hoy lo puse en mi entrada... en tu honor!!!
ResponderEliminarBss...
Yo no soy amante de las novelas epistolares, pero se me viene a la mente que, hace poco, leí Anne de Álamos Ventosos y tiene muchas cartas. También recuerdo Las amistades peligrosas.
ResponderEliminarAsí que debería reveer lo que dije más arriba, tal vez sí soy amante de las novelas epistolares.
Saludos!
Buenos días Mari Cari, a ti se te hizo tarde y yo ya estaba dormida para responderte, así que: buenos díaaaaaaaas!!!
ResponderEliminarSí que vi la paleta de Van Gogh, pero no tenía golpes, que yo recuerde, igual lo puse mal. Tenái pegotones de pintura de varios colores y seca, (obviamente debido al tiempo que ha pasado), y si no llega a ser la paleta de Van Gogh no habría pensado que fuera especial o diferente a otras. Eso sí, a mí me fascinó verla. Y si hubiera podido, la habría hasta tocado, pero eso... no te dejan. La vi en Viena, en una exposición de pintura impresionista en el museo Albertina. La próxima semana voy a Berlín, a ver qué sorpresas me encuentro allí :-)
Gracias por acordarte de mí ;-)
Besitos
jajaja, Luciana, al final ya verás que sí que eres amante de las novelas epistolares, eh. Las que yo especifico en esta entrada sólo son cartas, no hay un narrador ni son cartas encrustadas o al hilo de una historia. Son cartas nada más. Y créeme, estos libros merecen mucho la pena, por todo lo que cuentan, por los personajes y por lo que aprendes de ellos.
ResponderEliminarBesitos y gracias por tu comentario y por tu visita :-)
Hasta pronto
Isa
Oh Isa, da igual cómo estuviese la paleta... lo que me gusta es que me aportas cosas... pero tu carta, esta introducción que has escrito... ¡Es maravillosa! De dulce!! De locura!!! De amor!!
ResponderEliminarMe gusta cómo escribes, tan de tu alma, tan de tu corazón... ¡Te adoro, amiga, adoro tus renglones nada torcidos!
Bss. querida amiga...
PD de Berlín trae cualquier cosa que no sea chocolate (es muy malo) y osos, los hay por toda la ciudad...(en Navidades estuvo mi hija, ve a los museos son una maravilla, por las fotos, je ,je,)
MariCari, regresaste, buena cosa, porque me dejaste una cartita también muy tuya, de corazón. Gracias. Gracias por emocionarte justo con las palabras que son más mías, ya que lo otro viene siendo "un resumir" un libro de otr@.
ResponderEliminarNo sabes lo que importante que es para mí que me digas que transmito con mis letras.
Hazme llegar tu correo. Después comentaremos. Búscame un facebook y envíame un interno con tu email, ¿ok? Creo que me lo enviaste alguna vez pero no he dado con él, perdona.
Me llevaré el netbook a Berlín, desde allí describiré los colores de las flores, (si han comenzado a florecer), la intensidad del frío, los olores de las calles y el amarilleo de los libros alemanes.Por supuesto tendré que probar el chocolate, aunque sea malo, si no: no sería yo.
Besitos y encantada, como siempre, de pasear de tu brazo por estos jardínes que tan bien sabes decorar.
Isa Merino
Hola Isa, excepto Paradero desconocido, las otras dos obras de las que hablas si las conozco, y Carta a una desconocida la tengo muy reciente. Ambas me encantaron.
ResponderEliminarTremendamente cruel Carta a una desconocida y absolutamente emotiva la de 84, Charing Cross Road.
No sé, me llaman la atención este tipo de lectura, quizás sea ese punto morboso de estar leyendo las cartas de otros, ya sé, ya, que es ficción, pero quizás ahí esta la atracción que ejercen, por lo menos para mí.
Voy a ver si localizo la que me falta por leer, Paradero desconocido, seguro que está interesante.
Besos
Querida Elyssa, me alegra que conozcas al menos dos de ellas, y que te hayan gustado tanto como a mí. En cuanto a la ficción, bueno, la de 84, Charing Cross Road no lo es, ¿no? Ocurrió. Y esas cartas eran reales.
ResponderEliminarA mí también me gusta leer este tipo de literatura, me entretiene, me engancha, me hace partícipe todo el tiempo y generalmente hace que me identifique mucho más con sus personajes. Puedo sentir lo que ellos. ¿No te pasa?
El de Paradero Desconocido te va a encantar, te lo aseguro. Si no pudieras conseguirlo y no te desagrada leerlo en pdf, podría pasártelo. Sólo pídemelo y te lo envío, ¿ok? Como siempre digo, a mí me "flipa" leer libros, con sus hojas, su portada y su todo, pero cuando no lo consigo, el que quiero, tiro del pdf.
Besitos y gracias por tus comentarios, son siempre bienvenidos y encantadores.
Isa
Maravillosa entrada, querida Isa.
ResponderEliminarYo adoro las cartas, y siempre sufro por los cambios en las costumbres actuales, todo lo que implicaba escribir una misiva personal: los sentimientos al escribir, los trazos expresando lo que el corazón sentía, la emoción de recibir un sobre, abrirlo y ver las palabras...romántico, elegante, lleno de sensibilidad, todo eso se aplica al acto de escribir o recibir una carta.
Con respecto a las novelas epistolares, me gusta mucho la estructura de Drácula, de Bram Stocker o Las Relaciones Peligrosas, y por supuesto las maravillosas cartas dentro de los libros de nuestra amada Austen,la de Darcy en Orgullo & Prejuicio o la del Capitán Wentworth en Persuación, para citar los más famosos.
Excelentes las recomendaciones, intentaré conseguir el último sobre todo.
Un abrazo!
Jazmín.
Querida princesa, gracias por tus palabras. EStoy contigo. La magia que desprenden las cartas se encuentra ya en pocas cosas. Todo lo que las rodea es romántico, vengan de quien vengan. Ingenuamente sigo abriendo mi buzón por si algún día aparece una. Y sin querer, yo tampoco dejo de enviarlas. Adoro escribir cartas.
ResponderEliminarHas citado uno de mis libros favoritos: Drácula de Bram Stoker, que curiosamente estoy releyendo estos días. Son diarios, pero a la vez son como cartas que el autor o el narrador nos regala a los lectores, ¿cierto? Por supuesto no dejo de lado las maravillosas cartas que dejó Austen en sus libros. Recuerdo especialmente esa que dices del Capitán Wentworth, que consigue aún hacerme palpitar y sentirme orgullosa de este romanticismo que padezco desde niña, porque así puedo valorarla y sentirla y disfrutarla, como si fuera para mí.
Las cartas de Jane Austen a su hermana Cassandra son igualmente maravillosas. Qué amor de hermanas, qué amor de amigas... Fantásticas.
Un besitos y gracias por compartir tus impresiones conmigo.
Isa
Me ha gustado mucho tu entrada. Me gustan las novelas epistolares. A los tres requetebuenos libros que pones, sobre todo los de mi querido Zweig, yo añadiría "Las amistades peligrosas", que me encantó. No sé si lo has leído. Vale mucho la pena...
ResponderEliminarUn beso,
Gracias por tu aportación Carmen, la verdad es que va siendo hora de retomar Las amistades peligrosas, un libro que tengo desde hace muchos años.
ResponderEliminarQué gusto encontrarse por aquí con grandes lectoras y poder compartir nuestras lecturas. Gracias!!!
Besitos
Isa
quien es princesa jazmin
ResponderEliminarUna amiga. Por?
ResponderEliminarDe esta solo me he leído Paradero Desconocido y es una joya... en una semana o así me pongo con 84 Charing Crossroad y me pondre la de Zweig en pendientes que me encanta como escribe este hombre pero de momento solo he leído biografías. Te recomiendo de este género Las amistades peligrosas (Pierre Choderlo de Laclos) y Lady Susan (Jane Austen)
ResponderEliminarVoy a leer Paradero Desconocido en mi ebook ;-)
ResponderEliminarNo te va decepcionar, si al principio parecen cartitas entre dos amigos, de lo más simples, sigue avanzando, que la simpleza llega a grandiosidad. También he visto esta novela epistolar en teatro. Me sigue fascinando. Espero que te la disfrutes.
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