Mostrando entradas con la etiqueta Escocia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Escocia. Mostrar todas las entradas

martes, 8 de noviembre de 2011

Viaje a Edimburgo (28/10/2011-01/11/2011)

Edimburgo
No sé cómo me las apaño, pero viaje en la época que viaje, parece que me llevo un poquito del buen tiempo malagueño conmigo. Eso sucedió también en mi reciente viaje a Edimburgo. Cada página consultada sobre cuándo visitar esta ciudad escocesa, desaconsejaban octubre y noviembre por ser tiempo de lluvias. Hice caso omiso. Me alegro. En mis cinco días en la capital de Escocia he vivido apenas alguna racha de viento, un par de lloviznas de escasos minutos, un frío soportable e incluso agradable en alguna ocasión y un sol espléndido que ha bañado cada uno de los tejados de esa hermosa ciudad, patrimonio de la Humanidad. 
Edimburgo es un lugar que, al menos una vez en la vida, merece la pena ser visitado. No sólo por sus calles que te transportan a otra época, o sus iglesias y castillos de cuentos de Hadas, si no también por su ambiente, su gente, sus pubs, sus símbolos celtas, su paz, sus museos, sus tiendas, sus hombres tocando la gaita mientras el viento mueve sus faldas. 
A lo lejos, más allá del palacio de Holyrood, más allá de las verdes praderas y las Highlands, aún suena el grito por la libertad de William Wallace. 

Kingsway House
Edimburgo, como toda capital turística, posee unos hoteles de lujo fantásticos, sin lugar a dudas el de mayor renombre es el Balmoral, entre Princess St.y North Bridge. Es monumental. Absolutamente. Sin embargo, para los que no pueden permitirse tal lujo, pueden encontrar hoteles y Guest Houses o Bed and Breakfast a lo largo y ancho de toda la ciudad. Edimburgo posee una red amplísima de autobuses.  Está todo fantásticamente bien comunicado.
Nosotras nos decantamos por el Bed and Breakfast de Gary y Lizzy: Kingsway House. Sin duda uno de nuestros mayores aciertos. La hospitalidad, amabilidad y absoluta devoción por el bienestar de sus huéspedes, (posee 7 habitaciones, algunas abuhardilladas, como la que nos tocó a nosotras,  y cada día se puede escoger el desayuno), hicieron nuestra estancia absolutamente maravillosa, y el que lo considere altamente recomendable si lo que buscáis es un lugar de estas características para pasar vuestra estancia en Edimburgo. Al menos 6 autobuses llevaban al centro en apenas 7 minutos. 

The Royal Mile - Edinburgh
Edimburgo hay que vivirlo paseando por sus calles. Subir la Royal Mile hasta el Edinburgh Castle, (merece la pena la visita, sin duda), pasando por la Catedral de St. Giles, The Hub, y todos los edificios que conforman el casco antiguo de la ciudad, la Old Town, con sus al menos 60 Close que la atraviesan a los lados. A partir de cierta hora, esta calle suele ser peatonal. Los bajos de los edificios están ocupados por tiendas y pubs de mil colores. Merece la pena guardar el plano en el bolso, caminar y perderse por todas y cada una de las calles. Otro paseo por la Old Town lleva hasta Victoria St, George Bridge, Greyfriard y su perrito Bobby, Grasmarket y sus pubs, o bien escoger la High Street hacia el palacio de la Reina, Holyrood, que también merece la pena ser visitado. Sin duda. (Para seguir con la realeza, si visitáis The Castle y Holyrood, coged el bus 35 ó 36 hasta el puerto, y visitad el yate real Britannia. Merece la pena).

Princes Garden
En esta época del año, los colores de los árboles dan un aspecto aún más de cuento a la ciudad. En el mismo centro, junto a Princes St y junto al monumento a Sir Walter Scott encontramos uno de los pulmones de la ciudad, el Princes Garden, que no tiene las medidas del Meadow Park, pero que es un lugar ideal para pasear a cualquier hora del día. Sentarse en sus bancos de madera, salpicados por todas sus laderas, y alzar la vista hacia el Castle o la Royal Mile, es una absoluta pasada. Escritores como el propio Sir  Walter Scott o Robert Louis Stevenson debieron inspirarse en estas maravillosas vistas para muchas de sus historias, sin lugar a dudas. Recomendable, por cierto, el Museo de los Escritores, que es gratuito, en la Royal Mile. 

New Town
Del Aeropuerto al centro de Edimburgo apenas hay 20 ó 30 minutos en autobús. Se coge en la misma salida del aeropuerto, por apenas 3 libras, y te deja en el mismo centro, en la estación de trenes. Desde allí se observan las vistas de Princes Garden, el hotel Balmoral, Carlton Hill, (absolutamente recomendable subir a sus colinas, llamadas la Atenas de Escocia), North Bridge, que es un puente sobre la estación de trenes. Alguna vez debió ser un río lo que había bajo ese puente de color celeste. 

La New Town, se construyó cuando la Old Town se quedó pequeña para el creciente número de habitantes, es la zona de moda, de compras, de comercios, de tiendas abiertas de lunes a domingo, aunque en horario restringido de 10 a 17h los fines de semana, hasta las 18h de lunes a viernes, excepto los jueves, que abren hasta las 19h. Obligados son los paseos por Princess St, Queen St, George St y Rose St y sus pubs. 

The Hub en Royal Mile
The Dome en George St.
Sin duda, los pubs, forman parte del paisaje de Edimburgo. En cada calle, en cada esquina, para donde quiera que mires, encuentras un pub. Los horarios son amplios, y la cerveza y el whisky son sus estrellas, sus "Go- go´s". En los pubs también se puede comer. Suele haber música suave, se puede hablar sin tener que gritar, suelen ser temáticos, y en muchos de ellos se puede ver y oír música en vivo. Lo que más me llamó la atención de los pubs, no era sólo sus fachadas tan cuidadas y variopintas, algunas son legendarias y de hace un par de siglos, si no lo temático de muchos, y el que también se pudiera comer en ellos, no sólo beber. Pero lo que sin duda me llamó más la atención porque no podía imaginar siquiera que pudiera darse fue el hecho de que algunas iglesias, antiguos bancos o edificios gubernamentales, son hoy en día pubs, aunque por fuera sigan pareciendo lo que un día fueron: bancos, iglesias... Dos claros ejemplos son The Hub y The Dome. Dos pubs de auténtico lujo, a precios asequibles. En The Hub se puede tomar el té de 15 a 17h. En The Dome se puede tomar una copa, un té, cenar o merendar. Tiene varios salones y su decoración es lujosa y espectacular. No os perdáis, si vais, lostoilets de la sala principal. Una auténtica pasada. 

Dean Village
Sin duda lo que os he contado y lo que os he mostrado es un simple aperitivo de Edimburgo, el bocado grande hay que ir a dárselo "in situ". Tiene demasiadas maravillas para enumerar, demasiados lugares que merecen ser visitados, como la National Gallery que es una maravilla, el museo del Whisky, (podéis probar varios tipos de whisky y os mostrarán cómo se cata un buen whisky adaptado a cada gusto. No suelo beber alcohol, pero puedo decir que en este viaje probé 4 tipos diferentes de whisky, uno de ellos es único y de exclusiva venta en el Castle), los almacenes Jenner, el Museo de Edimburgo, The Georgian House, o una parte de la ciudad, llamada Dean Village, que es absolutamente de cuento, un paraíso en las inmediaciones de la ciudad, a un paseo de Princess St. 

Hace años que debí haber visitado Edimburgo, pues a lo largo de los años he oído hablar mucho de él, (gracias Maribel), pero se me resistía, supongo porque tenía una larga cola de lugares por ver, y lo fue posponiendo, esta vez me decidí y ha merecido tanto la pena, que estoy segura que se convertirá en uno de esos lugares a los que me gusta ir al menos una vez al año. Mis más de 1000 fotos lo justifican. Edimburgo podría ser mi casa, si algún día me decidiera a vivir fuera, con permiso de Londres, que siempre es, ha sido y será el primero "in my heart".

Por último, y no quiero extenderme más, decir que áun resuenan las gaitas en mis oídos, en cada calle, en cada pub, en cada esquina de donde quiera que te encuentres en Edimburgo se oye cercana o lejana alguna gaita tocando el himno de Escocia, canciones populares, o el himno español. Es común ver a los hombres con su tartán o su kilt por las calles. Nadie se vuelve a mirarlos, excepto las turistas, que siempre nos preguntamos, si llevarán algo debajo de sus faldas escocesas. El viento sopla, las faldas se mueven. Las miradas se vuelven y acechan. El misterio prosigue. 



Esta entrada está dedicada a mi amiga Patri y a mi prima Maribel, sin duda. Besos para las dos.  

I.M.G.