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viernes, 18 de mayo de 2012

El nuevo retrato de Jane Austen

Jane Austen sigue generando noticias, bien por nuevas adaptaciones al cine de sus libros, bien por nuevas biografías, porque otros autores escriben libros basados en los personajes, escenarios y tramas que ella tan magistralmente recreó en sus novelas, por crónicas sobre viajes a los lugares donde vivió, nuevos estudios, etc etc.

Jane Austen
retratada por su hermana Cassandra
(National Portrait - London)


También recientemente, por su presunto parentesco lejano con Kate Middleton, esposa del príncipe Guillermo de Inglaterra. Una web especializada en árboles genealógicos, (Ancestry.com),  afirma que son primas en 11º grado por tener un ancestro en común: Henry Percy, (2º Conde de Northumberland en la primera mitad del s. XV). Henry Percy fue el bisabuelo de Kate, (16 generaciones arriba), y el de Jane Austen, (10 generaciones atrás)

Kate Middleton

Yo procuro mantenerme informada de todo lo que van saliendo referente a mi autora favorita, bien por mis compañeras blogueras, (cuyo trabajo, dedicación y entrega al mundo Austen son de alabar. Desde aquí os doy las gracias, chicas), por las noticias que se vienen publicando en distintos diarios o en internet o "in situ",  en los viajes que me han llevado a las casas y ciudades donde Jane Austen vivió, como Chawton, Londres o  Bath. (Próximamente visitaré Winchester, donde fue enterrada, pero eso ya será otra historia que contaré en su momento).

La noticia de la que hoy quiero hacerme eco, y que lleva tiempo circulando por la red ( Pincha aquí para leer uno de los más completeos), incluso se grabó un documental en Inglaterra sobre el tema, en el canal BBC2, es sobre El Nuevo Retrato de Jane Austen:


¿Jane Austen o no?
Según algunos expertos: Sí
Según otros: No.

 En la época en la que vivió Jane Austen y en los círculos en que su familia se movía, era costumbre retratar a los hombres de la familia, no así a las mujeres. El retrato por el que conocemos a Jane Austen, fue un dibujo que hizo su hermana favorita: Cassandra. Tuve ocasión de ver el original en la National Portrait de Londres hace un par de años. Subí a la sala de los escritores, y me encontré rodeada de enorme cuadros que retrataban a Lord Byron, a Mary Shelley... pero ¿dónde está el de Jane? Observé uno a uno, sin querer leer los nombres, finalmente, tuve que hacerlo y aún así no la encontré. Me puse nerviosa. ¡Lo han quitado!, creo que vociferé. Tranquilízate, me dijo mi amiga. ¡Tiene que estar! En una esquina de la sala, había una especie de cámara acorazada de cristal, y en el centro, un dibujo, (no era ni un A5), y allí estaba ella, mi querida Jane Austen dibujada por la mano de Cassandra Austen. ¡Guau! Me quedé flipada. Supongo que lagrimeé, es habitual en mí si algo me emocina mucho. Pero era tan pequeño... nunca lo había imaginado así.
Dicen que Jane Austen no se reconocía demasiado en esa imagen, incluso familiares de ella, llegaron a opinar lo mismo, pero era la única imagen que la había sobrevivido y por la que todos la conocemos.

Es cierto que existe otra imagen por ahí, de la cual quiero dejar también constancia aquí porque es también muy conocida. Es un dibujo basado en el de Cassandra, que encargaron sus familiares descendientes, (pero que tiene más aspecto victoriano que giorgiano), y teniendo en cuenta las características faciales de sus hermanos.

Jane Austen
(Encargo familiar, estilo victoriano)


Y cómo no, existe esta otra, que también conoceréis y que está basada en las anteriores:


Jane Austen

En base a estas imágenes imaginamos cómo pude ser la autora de esos libros que tanto hemos leído y releído: Orgullo y Prejuicio, Sentido y Sensibilidad, La abadía de Northanger, Emma, Persuasión, Lady Susan, Mansfield Park, y otros inacabados. Pero ¿era así realmente Jane Austen? Bueno, qué remedio nos queda que imaginarla de esta y no de otra manera.

Sin embargo, ahora nos llega este retrato, a través de la autora Paula Byrne, que recibió como regalo de su marido. Al parecer era un retrato desconocido por los descendientes de Austen que se vendió por 15 libras y que ha sido adquirido por 2.000. El precio parece excesivo, pero si lo comparamos con la cifra que puede llegar a suponer en caso de que fuese demostrado que era Jane Austen, queda en una nimiedad absoluta y en una inversión de lo más rentable que alguien pueda imaginar.

¿Qué opinais? ¿Creéis, sin tener en cuenta la opinión de expertos y de forenses, que se trata de Jane Austen?

La ropa que lleva la dama del cuadro, coincide con la de la época de la autora, se muestra como escritora, su perfil es parecido al de la familia Austen, la nariz es muy particular de ellos, lleva una placa en la que puede leerse Jane Austin (Era común escribir el apellido Austen de las dos formas), y los expertos datan el cuadro entre 1805 y 1815. La iglesia del fondo, asimismo, se ha identificado como la Abadía de Westminster en Londres, donde Jane pasó un tiempo en casa de su hermano Henry. De hecho, en 1813 se encontraba en esta ciudad, (donde frecuentaba las exposiciones de retratos),  ultimando los detalles de su novela Emma.

Dejo la pregunta abierta. ¿Créeis que la mujer de este retrato era Jane Austen? Si fuera así, este sería el retrato más fiel a su persona, y así es como deberíamos verla desde hoy.

Si no lo fuera, siempre tendremos, como siempre hemos tenido,  el dibujo que hizo Cassandra de su hermana favorita: 




I.M.G.
(Sígueme en Twitter
 @isamerino



domingo, 30 de enero de 2011

BATH (Festival de Jane Austen 2010) V

Jane Austen no amaba Bath. No escribió una sola letra en Bath. Sin embargo dos de sus novelas están ambientadas en esta ciudad que en su época era un complejo termal para los ricos.
Antes de que comenzara la cabalgata, mi amiga y yo nos fuimos a echar un vistazo por los alrededores. No hay un solo rincón en Bath que no merezca ser fotografiado. He aquí, en esta foto, tres ejemplos, por poner alguno, de lo que nos íbamos encontrando al paso, a tan sólo unos metros de la Abadía:


Hermosos, verdes y coloreados jardínes, el Puente Pultney y el río Avon. Los miré como los puede mirar un turista de hoy en día, también como una fiel seguidora de Jane Austen y sus libros y luego traté de imaginarme cómo los miró ella. Y es curioso, pero no me imagino que ella los viera con esta luz ni con este color, es como si al pensar en esa época todo fuera de color sepia.


He rescatado un extracto de una carta que Jane Austen le escribió a su hermana Cassandra el martes 5 de mayo de 1801, desde la casa de Paragon en Bath donde le cuenta cómo veía Bath en esa época, y no difiere mucho del color sepia que yo imagino:



"La primera visión de Bath con buen tiempo no colma
mis expectativas; creo que veo más claramente a través de la lluvia. El sol
estaba detrás de todo y el aspecto de la ciudad desde lo alto de Kingsdown era
todo vapor, sombras, humo y confusión..."


Regresamos a la Abadía, donde había quedado con Jane Odiwee y Victoria Connelly, ambas escritoras inglesas. Le comentaba a mi amiga, que temía no reconocerlas. Sólo habíamos hablado a través de nuestros respectivos blogs, pero al ser tan seguidoras de Austen, era como si nos conociésemos de antes. Faltaba la prueba clave: conocernos en persona. He de decir que fue superada con creces. Las reconocí de lejos. Estaban juntas, delante de la puerta principal de la Abadía, donde se iban congregando todos los participantes de la cabalgata. Yo temía que mi cara estuviera demasiado inflada para que me reconocieran. Mi amiga me tranquilizó y me dijo que mi cara había mejorado bastante. La verdad es que sólo me daba cuenta de que estaba inflamada cuando me veía en las fotos que nos hacíamos, por lo demás, no notaba nada. Jane y Victoria se dieron la vuelta justo cuando llegamos y me saludaron con una gran sonrisa y realmente fue como si nos conociésemos desde hacía mucho:












En esta página del blog de Victoria Connelly podreis ver un pequeño resumen de su visita a Bath ese día, y ahí me vereis con la bolsa de I love Darcy colgada del hombro, con ella recorrí las calles de Bath durante todo ese fin de semana. A Victoria le encantó el detalle y me hizo esa foto y me pidió permiso para exponerla en su blog. Permiso concedido, a pesar de la cara que luzco. El comentario que puso sobre la fotografía es el siguiente:
I also met my lovely friend Isa, who´d travelled all the way from Spain for the
festival. Here she is with her "I heart Darcy bag".




Comenzamos a hablar del tiempo, de Bath, de nuestra llegada, del retraso de nuestro vuelo, de la casa de Jane en Bath, de la de Londres de Victoria, de la cabalgata, de Málaga, de Cádiz, de la campiña inglesa, de los libros que ambas escribían, de las ilustraciones de Jane, de nuestros blogs, de Orgullo y Prejuicio, Sentido y Sensibilidad, Persuasión.... y a medida que la conversación crecía, se llenaba la plaza de personajes del siglo XVIII, como si los estuviésemos invocando nosotras y regresaran desde aquel tiempo sólo para cruzarse con nosotras.
Victoria y Jane repartieron postales y "octavillas" de sus últimos trabajos literarios. Unas horas más tarde firmarían ejemplares en una de las librerías. Nos mantuvimos unidas mientras duró la reunión de toda la gente que había sido convocada en la plaza, de todos los participantes en la cabalgata, y también durante el comienzo de la misma, pero después, tras intercambiar teléfonos, decidimos separarnos hasta la hora de comer, por lo tanto no hubo despedidas ni adioses, sólo un par de hasta luegos. Lo que sucedió es que no volvimos a vernos, y el por qué os lo contaré en la próxima entrada. De momento, os dejo unas fotos de la reunión de personajes antes del comienzo de la Promenade, justo entre la Abadía, la Pump Room y los Baños Romanos:








Continuará...


I.M.G.

Fotografías propiedad de Isabel Merino González. Septiembre 2010. Bath.

domingo, 23 de enero de 2011

BATH (Festival de Jane Austen 2010) IV


Como decíamos ayer.... Decidimos hacer la visita a La Abadía antes de que comenzara la cabalgata. Mientras observaba el pórtico y lo fotografiaba, mientras accedía a su interior por la puerta principal, y leía en unas notas que La Abadía de Bath es una iglesia anglicana que anteriormente fue un monasterio benedictino, que se fundó en el s. VII, se reorganizó en el s. X y se recontruyó en los siglos XII y SVI y es uno de los mayores ejemplos de gótico perpendicular, no podía evitar imaginarme a una joven Jane Austen cruzándolo de igual modo, tal vez acompañada de Cassandra, tal vez acompañada de personajes que iba conformando en su cabeza, tal vez de un simple cuaderno con unas oraciones escritas. La abadía es de planta cruciforme y con capacidad para unas 1.200 personas. Observé las paredes, el techo, los bancos, todo con la misma intensidad que ella los habría mirado. ¿Acaso alguno de aquellos rincones había sido descrito fielmente en algunas de sus novelas sin hacer alusión al mismo? Tal vez. Me maravilló la luz que se colaba por las cristaleras, seguramente una luz más brillante se colaría por las mismas en época de Jane, cuando la polución era mucho menor. Aunque cuesta creer que haya polución en una ciudad como BATH, tan inamovible en el tiempo, sin embargo cientos de coches cruzan sus calles a diario y eso nos hace volver a la realidad y a nuestro siglo. En época de Jane, seguramente el sol era más brillante y en las calles habría mucho menos ruido y muchos más colores. Quisiera ver la Abadía, ver Bath, a través de sus ojos, aunque Bath nunca fuese un lugar en el que quisiera vivir, tal y como dejó dicho tantas veces a lo largo de su corta vida.


Abadía de BATH

Decidimos dejar el tour guiado de La Abadía para más tarde, pues se aproximaba la hora de la Cabalgata y yo había quedado en la puerta de la Abadía con dos escritoras que conocí en el blog de Austen Authors y a las que tenía bastante ilusión por conocer: Jane Odiwe y Victoria Connelly. Mientras se acercaba el momento de encontrarlas, iban llegando los primeros personajes de época. De repente, mi amiga y yo nos encontramos en BATH, a finales del siglo XVIII, aunque con las ventajas y las desvantajas de este siglo XXI.

Organizadores del Festival en la puerta principal de Pump Room, frente a BATH Abbey



A partir de ese momento, por todas las callejuelas que llevan a la plaza de La Abadía, llegaban Elizabeth Bennets, F. Darcys, Anne Elliots, Emmas, etc, de todos los lugares imaginable, esos y todos y cada uno de los personajes de los libros escritos por la joven Janey estaban allí representados por gente que aún hablando lenguas distintas, aún procediendo de lugares remotos, por un día eran todos familia, vestían las mismas ropas y se apellidaban Austen.

El entorno no ha cambiado nada, sólo las ropas y todo lo demás, tal vez habría que decir que sólo el suelo y los edificios son los mismos, tal vez restaurados, pero los mismos, tal vez lo único que Jane reconocería si se levantara de su tumba en Winchester y se diera un paseo por la ciudad que la acogió durante tantos años, donde vio morir a su padre. Sin embargo hoy, si volviera hoy, justo este día de la cabalgata, tal vez se sentiría como si el tiempo no hubiese pasado, porque a pesar del par de los siglos transcurridos, todo parecería estar en su sitio.

Mientras seguía llegando la gente, más de la que podíamos pensar o imaginar, vestida del siglo XVII y de ppios del XIX, decidimos darnos una vuelta por los alrededores y descubrir los maravillosos rincones de esta ciudad anclada en el tiempo de Persuasión. Mereció la pena. Pero eso os lo contaré en la siguiente entrada.

To be continued....

Nota: Fotos propiedad e I.Merino González.

I.M.G.


















jueves, 16 de diciembre de 2010

Jane Austen y yo


Conocí a Jane Austen hace muchos años, no podría especificar el día concreto, aunque tal vez fuese hoy, día del aniversario de su cumpleaños, pero no sé de qué año. Y me da coraje no acordarme, porque soy la tonta de las fechas, pero por más que lo intento... no lo recuerdo.

Paseaba por el parque de Málaga, por la Feria del libro de Navidad, mes de diciembre, día inconcreto, como digo, y buscaba un regalo de Reyes para una de mis mejores amigas. Tenía que ser un regalo especial, pero no tenía mucha pasta, era estudiante, de eso sí me acuerdo. Y habíamos acordado regalarnos "un detallito". A las dos nos gustaba leer y nuestros gustos eran similares en casi cualquier campo. El libro me llamó. No alzó el vuelo como los libros de El orden alfabético de Juan José Millás, ni le crecieron brazos que llamaron mi atención. Simplemente me llamó. Sí, soy de ese tipo de personas que piensan que los libros te llaman y que se ponen a tu alcance justo en el momento en que deben ser leidos por ti. No era mi momento. Era el momento de mi amiga. Jane prefirió que la conociera a través de ella.

Ese libro, Orgullo y Prejuicio, fue el regalo de Reyes que le hice a mi amiga. Hoy en día no sabemos su paradero, pero alguien lo tendrá y lo estará disfrutando, que es de lo que se trata.






Caminábamos por la calle Eugenio Gross, creo que era Semana Santa e íbamos de tronos y mi amiga, llamémosla A, había comenzado a leer el libro y le estaba entusiasmando. Cuando lo terminó, me lo dejó y lo devoré en un par de tardes. Y ahí comenzó todo. Orgullo y Prejuicio fue el principio de todo...




Después llegaron el resto de los libros, Sentido y Sensibilidad, (tras ver en el cine la magistral adaptación de Emma Thompson, que ganó un Oscar al mejor guión adaptado), La abadía de Northanger, Mansfield Park, Emma y Persuasión. Cuando los libros fueron leídos y releídos, me los compré en inglés y después visioné todas y cada unas de las adaptaciones para el cine y la televisión. La BBC ha hecho un buen trabajo también. Cuando esto se acaba y tu pasión sigue creciendo se necesita más. Entonces llegaron las ediciones raras, los libros inacabados, las películas sobre Jane Austen, la joven Jane Austen, Conociendo a Jane Austen, etc etc.


Cuando llegó internet a mi vida, pude al fin conocer a la verdadera Jane Austen y a todos los que la leemos y seguimos. Hoy muchos de los blogs que sigo, muchas de las personas que como yo, celebran hoy el aniversario del nacimiento de Jane Austen, han hecho un pequeño homenaje. Os dejo alguno de ellos:


http://www.rincondejaneausten.blogspot.com/

http://www.janeaustenshousemuseum.blogspot.com/

http://www.austenauthors.com/

http://www.janitesonthejames.blogspot.com/

http://www.janeaustensequels.blogspot.com/

www.bibliotecaredfielhall.blogspot.com


Etc Etc



Después llegaron los viajes temáticos....



1. Alton -Chawton-Chawton Cottage






Os remito a mis entradas en el blog, de Chawton cottage, que están inacabadas, pero que prometo terminar, en la que cuento mi visita a la casa de Jane Austen en esa casa que da nombre a este blog.


2. Bath


Este año estuve en el Festival de Jane Austen en Bath. Os remito a mis entradas en el blog, de Bath-Festival de Jane Austen. Igualamente están inacabadas, debido a que el Festival Eñe se me tió por medio, peeeero, prometo terminarla en breve. Durante los dos días que pasé allí, con otra de mis mejores amigas, fue como vivir en la época de Jane. Un sueño, como se dice, aunque en este caso georgiano y con paperas. Allí conocí, porque había quedado con ellas, a dos escritoras grandes admiradoras de Jane Austen, de las que soy bloguera seguidora de sus blogs: Jane Odiwee y Victoria Connelly.





3. National Portrait (London)




Este año también visité la National Portrait de Londres, donde tienen el retrato de Jane Austen que dibujó su querida hermana Cassandra. Cuando llegué a la sala de los escritores y contemplé los cuadros de Lord Byron o de M. Shelly por citar alguno, espera uno de enormes dimensiones de Jane. Sin embargo el retrato, que está metido en casi una cámara acorazada transparente y a una temperatura idónea para su mantenimiento, no debe medir más de un A5, quizá menos. No sé cuánto rato estuve admirándolo. Me traje una postal de recuerdo.


4. Westminster Abby (London)

Existe una placa conmemorativa de Jane Austen en la Abadía de Westminster. En el rincón de los escritores. No se tarda en dar con ella. Merece la pena ver ese rincón y todas las placas que allí se encuentran.


5. Viajes que quedan.


Tantos si conocemos la vida de Jane Austen y hemos leido sus libros... Winchester será el próximo, el primero. Visita obligada a su catedral, donde Jane Austen descansa desde hace 235 años.


No quiero escribir fragmentos de su obra aquí, pues escoger alguno que la represente es complicado. Podría escoger un fragmento de sus cartas, algunas frases significativas, dejar que sus personajes hablasen por ella, pero opto por remitiros a sus obras. ¡Qué mejor homenaje que hacer felices a nuevos lectores o los lectores de siempre con su relectura! He conseguido con mi propio entusiasmo, igual que el que me contagió mi amiga A. aquel día de aquel año con Orgullo y Prejuicio, contagiar a otras amigas, a otros amigos, que hoy son, al igual que yo, fieles seguidores de Austen. Somos un buen puñado de Austenianos.


Por lo menos una vez en la vida hay que leer a Austen. No perdais la ocasión. Si os encontrais con sus libros y os llaman, acudid a ellos. Será justo ese momento.


Gracias a los que habeis dejado comentarios. Seguiré rindiendo homenaje a Jane y a su obra en casi cada entrada, en todas hay un poquito de ella aunque no lo parezca, por algo este lugar en el que me pierdo día sí, día no y día también, lleva el nombre de uno de los hogares en el que fue más feliz: Chawton.



FELIZ CUMPLEAÑOS, QUERIDA JANE.





I.M.G.

















































































































































































































































































domingo, 7 de noviembre de 2010

BATH (Festival de Jane Austen 2010) III

Las golosinas están destinadas a satisfacer un gusto o antojo. Chuchería, chuche o galguería son formas de designarlas. Si nos vamos a la RAE, esta nos dice que las golosinas, son un manjar delicado, generalmente dulce, que sirve más para el gusto que para el sustento. Deseo o apetito de algo. Cosa más agradable que útil.




En Bath, camino de las Termas Romanas y la Abadía, nos topamos con la famosa cadena de golosinas Mr. Simms Olde Sweet Shoppe, (página web: http://www.mrsimmsoldesweetshoppe-falmouth.co.uk/shopmain/), e hicimos un alto en el camino Austeniano para satisfacer nuestro gusto o antojo, para admirar esos arco iris de azúcar con forma de piruleta gigante, para desvestirnos de nuestros abrigos adultos y volver a ser niñas de coletas que piden 5 duros a sus mayores para comprar golosinas. Todas las golosinas que puedan caber en sus manos y sus bolsillos. Ay, si los cinco duros siguieran existiendo y dieran ahora para tanto como daban en los 70...





¿Cuáles eran vuestras chuches favoritas? ¿Cuáles lo son ahora? Siento curiosidad. Sé que habré olvidado algunas, pero estoy segura de que las probé todas.

Recuerdo los polo-flanes, (cogí un empacho con ellos), las distintas figurillas de plástico transparente rellenas de bolitas de anis de varios colores, (especialmente recuerdo la figura de un niño haciendo pis, con la cabeza de color y el cuerpo transparente), los chupa chups Kojak, los chicles cheiw junior, los bang-bang, los boomer, (toooodos con azúcar, de pequeña no recuerdo que existieran los chicles sin azúcar y los había, nunca los probé, de ahí alguna caries, supongo), ¿y los caramelos snipe? ¿y los de nata? Esos eran a peseta y venían envueltos en papeles de colores metálicos en rojo, azul, verde... pero por dentro eran todos iguales, ¿y los sugus? (esos siguen, larga vida a los caramelos sugus), los ladrillos, las pastas de regaliz, los huevos fritos, las fresas, los barriletes, (esos estaban buenísimos), los maskys.... y tantos más que se me escapan ahora.

Con los años mis chucherías han cambiado a frutos secos, (kikos, de Churruca siempre, pipas, almendras...), algún chupa chup o piruleta con forma de corazón de vez en cuando, alguna gominola cuando viajo en avión, algún chicle sin azúcar y por supuesto la reina de todas: el chocolate, cuanto más negro mejor. Para esto he quedado ;-)


Dejamos las chuches en el camino y seguimos hacia el centro, hacia las Termas Romanas, hacia la Abadía de Bath, justo donde en un par de horas tendrá lugar la cabalgata The Promenade, justo donde el tiempo se dejará engatusar y nos permitirá observar cómo era Bath en tiempos de Jane Austen.



Entrada a la plaza de las Termas Romanas y la Abadía de Bath. Meeting Point de The Promenade.


Abadía de Bath, Termas Romanas y The Pump Room.

Como sé que aún estais relamiendo las piruletas de colores del principio de esta entrada, dejo aquí mi paseo mañanero. A esas horas en las que me encontré con Bath Abbey, si observais al fondo, junto a la puerta, un montón de curiosos, turistas y seguidores de Austen comenzaban a llegar a la plaza. Antes de que se llenara de gente, decidimos conocer la Abadía. Os la presentaré en la siguiente entrada y ahí ya sí que os mostraré cómo la gente de ahora se convirtió durante un día al menos, en gente de ayer. En gente de ayer y de novela austeniana. Durante todo ese día, todos coincidimos en anécdotas y apellido. Todos éramos un pedacito de Jane Austen. Si Jane levantara la cabeza, con el gran sentido del humor que tenía, se reiría de todos nosotros, llegados desde cualquier punta del mundo, o tal vez, sólo tal vez, nos retrataría en otra de sus novelas.

To be continued....

I.M.G.

Fotos propiedad de Isa Merino. Bath (Somerset). 2010.

martes, 26 de octubre de 2010

BATH (Festival de Jane Austen 2010) II

... lo dejamos en ¡Horror! Continuemos:


Mi cara se había inflado hasta deformarse. Las piernas me temblaban. El corazón palpitaba desvocado. Un leve mareo me hizo sentarme sobre la tapadera del water. En la postura de "El pensador", hice un breve repaso a cualquier cosa que hubiera comido o rozado durante el día. ¿Tal vez era un tipo de alergia o algún tipo de reacción a algo? Tras mucho elucubrar la respuetas fue: NEGATIVO. Me levanté, con la ilusión de que al volver a mirarme en el espejo mi cara, para bien o para mal, sería la de siempre. Negativo, nuevamente. Fue como ver aparecer a la madrastra de Blancanieves. Se reía y se reía y gritaba que era la más bella del Reino. Y yo, volví la mirada hacia otro lado y me toqué la cara. Inflada. Mi parte hipocondriaca salió a la luz y me susurró al oído que si tenía inflamadas no sólo la parte de las mandíbulas, delante de los oídos, si no, la parte de las amígdalas, tal vez la hinchazón seguiría y me asfixiaría. Allí en Bath. Donde alguna vez vivió Jane Austen. La madrastra de Blancanieves rió a carcajadas y yo salí del baño sin preguntarle nada más al espejo.


Desperté a mi amiga. Ella también veía mi cara inflada como un globo. No era producto de mi imaginación, que es enorme como la Argentina. Me dio un ibuprofeno. Esperé despierta a que hiciera algo de efecto. Con la luz apagada. Sobre la cama, apoyada sobre varios cojinos, pues me pesaba la cabeza y me dolía. Esperé que amaneciera en aquella habitación georgiana. Y amaneció. Y volví al baño. Al espejo. La inflamación había bajado considerablemente, pero ahí seguía, sin embargo. Llamé a casa. Llamé a Urgencias de España. Me atendieron desde Sevilla. Recomendación: Ibuprofeno y buscar Urgencias en Bath.




Era la mañana de la Promenade, había quedado con Victoria Connelly y con Jane Odiwe, quería ver la Abadía, las termas, la cabalgata, la tienda de Jane Austen y pasear por Bath. Nos fuimos a desayunar y me tomé otro ibuprofeno. Mi cara volvía a su ser. Parecía una galleta, teniendo en cuenta que soy de cara fina, pero con esa cara podía salir a la calle. Quien no me conociera pensaría que soy así, simplemente. La hinchazón nocturna había desaparecido. Un poco de maquillaje y mucho ánimo tratando de ocultar el miedo que me carcomía por dentro. Una sonrisa y a recorrer Bath. Después de la Cabalgata buscaríamos un hospital. Quedó pactado.











Salimos de Brocks House hacia The Circus, desde una considerable altura se puede ver el círculo completo que forman los edificios, pero a pie de calle cuesta verlo al completo. Con la cámara es imposible captarlo, sólo partes del semicírculo. Encontramos una fotográfia aérea que lo mostraba tal cual se ve desde las nubes, o a vista de pájaro, como hacía un día de sol magnífico y la fotografía tenía marco fue inevitable que salieran reflejos, pero aquí os la dejo para que veais el lugar tan fantástico por el que íbamos paseando tan de mañana, camino de Gay Street, una de las calles donde vivió Jane Austen y donde más adelante os mostraré el Jane Austen Center.





The Circus


The Circus fue un proyecto de John Wood padre, pero falleció antes de que fuese terminado y fue su hijo quien lo finalizó. ( Tardó 13 años ). El modelo que tomó John Wood para crear The Circus fue el mismísimo Coliseo romano. En los edificios, lo forman 33 casas, podemos ver pilares dóricos en el bajo, jónicos en el primer piso y corintios en el segundo. Al principio ese árbol que podeis ver en el centro y que es tremendamente alto y frondoso, no estaba ahí. Fue plantado por un vecino de The Circus, llamado William Falconer. Me habría gustado que no aquel paseo fuese peatonal y que no hubiese coches aparcados en las aceras. Es lo único que no me gustó de Bath: El tráfico. Resulta bastante chocante pasear por una ciudad que se mantiene como en el siglo XVIII y esquivar coches o cláxones. En algunas de las casas que los componen se encuentran placas de personajes ilustres de distintas épocas que vivieron allí. A mí me siguen llamando la atención esos bajos que alguna vez fueron destinados a la servidumbre. Ahora son apartamentos. Todos los bloques están divididos en apartamentos. Es raro encontrar uno que pertenezca a una sola familia, a no ser que sea un hotel. Ups, me estoy enrollando con The Circus. Sigamos nuestro paseo hasta Gay Street. He de decir que Brocks Street, donde estaba mi hotel y Gay Street, son dos calles, junto con Bennet Street, que salen directamente de The Circus.


-Gay Street-




> Catherine Morland en La abadía de Northanger.


La primera parada obligatoria en Gay Street, si eres seguidora de Jane Austen, como yo, la tenemos en el número 25. El edificio es ocupado hoy día por una consulta de dentista. Poco literario, ¿no? En la foto de la derecha, un poco más arriba, se encuentra ese número 25, que en algunos libros aparece como número 6, ya que se reestructuró la numeración de la calle. Jane Austen se fue a vivir a Gay Street cuando abandonó su residencia en Green Park Buildings en enero de 1805. Aquella casa le traía tristes recuerdos, pues fue allí donde murió su padre. Por eso a finales de marzo de ese año, Jane junto a su madre y su hermana Cassandra se mudaron a Gay St. Esta calle fue parte del plan original de John Wood, el arquitecto de The Circus. En esta época las hermanas Austen y su madre no se encontraban financieramente demasiado solventes, debido a la muerte del progenitor. Cassandra tenía una pensión de su prometido, muerto antes de su boda, pero Jane no tenía absolutamente ningún ingreso. Su mayor preocupación aquellos días en Gay St. era su situación financiera. En esa época no escribió nada. En Bath no escribió ninguna de sus obras, aunque fuese escenario de Persuasion y de La Abadía de Northanger. Seguramente ideas le revolotearon por la cabeza, tal vez, borradores incompletos, tal vez amagos de personajes futuros. Esos detalles que fue absorbiendo le sirvieron para usar Gay Street en un importante encuentro entre el Capitán Wentworth y Anne Elliot en uno de los capítulos que fueron cancelados, en Persuasión, en la casa de los Crofts, en Bath, en Gay Street. Cabe decir que esta calle tomó su nombre del Doctor Robert Gay. Fue construida entre 1735 y 1755.


¿Cómo se siente alguien como yo paseando por Gay Street? Bueno, es difícil de definir. Me sentí como si miles de flechas cargadas de historias y anécdotas se clavaran en todo mi cuerpo. Cada una de ellas llevaba enrollada una nota en la punta. Yo la leía, respiraba profundamente y me dejaba llevar a un tiempo lejano, donde el tráfico no existía, el asfalto de las carreteras tampoco, y los caballos y las calesas se repartían por doquier. Veía a una muchacha con cara de soñadora, con un rizo revuelto en la frente, con un gorrito que trataba de atar a su cuello para que no se lo llevara el viento, andando deprisa, sonriéndole a su hermana, contándole una nueva idea que estaba deseando plasmar en uno de sus cuadernos. Se quejaba tal vez del goteo de su pluma y de que necesitaba una nueva. Tal vez soñaba con volver a Hampshire. Tal vez estaba haciendo historia sin querer y haciéndose querer por la Historia. Tal vez reía a carcajadas. Tal vez lloraba. Todos los tal vez ocurrían en esa calle, hacía mucho tiempo. Y ahora era yo la que estaba allí, paseando, riendo y charlanco con una de mis mejores amigas. Haciendo historia de algún modo también.


Un poco más adelante, en el número 40, nos encontramos con Jane Austen Center:





Era temprano. The Jane Austen Center estaba cerrado aún. Aún me parece de película visitar en persona sitios con los que sueño o he soñado durante años. En esta película, mi personaje, yo, se encontraba entusiasmado e incluso por un momento, olvidó que su cara seguía un tanto inflada, pero ¿qué importaba si estaba cumpliendo otro sueño?





En alguna ocasión he hecho algún pedido a a Jane Austen Center a través de la página de Becca. Estaba deseando entrar y comprarme todo aquello que se me antojara. Tenía un montón de libras reservadas para todo ese merchandising que tenía mi nombre puesto: Para Isa. Para Isa. Para Isa.





Os dejo la dirección de Jane Austen Center, por si no teneis ocasión de acudir y quereis hacer algún pedido. No llevo comisión en esto, eh, es por si no la conoceis. También he de deciros que muchas de las cosas que aparecen ofertadas en su página web, no se encuentran en Jane Austen Center, sólo son ofertadas en internet. Sueret que me compré mi colgantito de plata de Pride and Prejudice mucho tiempo antes. Dentro está escrito, en inglés, el principio del libro... Os dejo una fotito. Este colgante no se vendía en la tienda. Yo lo llevaba puesto y las dependientes me sonrieron al verlo y alguna me dijo que era realmente bonito. Yo sonreía, con mi cara inflada.



Página web de JAne Austen Center: http://giftshop.janeausten.co.uk/index.html


Los pedidos los envía por avión y apenas tardan una semana en llegar. Es totalmente fiable.


Bueno, como no entré en la tienda en esta ocasión, porque además de estar cerrada, tenía que ir a visitar la Abadía y había quedado con Victoria y con Jane, pues seguiré mi paseo por Queen´s Square donde Jane también vivió. En el número 13, en el lado sur. Allí se quedó un mes. Esta parte de la ciudad también forma parte del proyecto de John Wood. Tardó 7 años en completarlo. Una enorme plaza con un jardín cuyo centro está señalado con un obelisco es el pricipal atractivo y da vida a los alrededores. El trinar de los pájaros se confunde con nuestros pensamientos. ¿Y qué pienso yo en estos momentos? Recuerdo algunas palabras de Jane que he leido en sus cartas, las que escribió desde esta casa en el número 13.


"We are exceedingly pleased with the house, the rooms are
quite as large as we expected".


"I have the outward and larger apartment, as I ought to
havem which is quite as large as our bedroom at home".


"The beds are both as large as any at STeventon, and I have
a very nice chest of drawers and closet full of shelvees- so full indeed that
there is nothing else in it, and it should therefore be called a cupboard rather
than a closet, I suppose".


"I like our situation very much, it is far more cheerful
than Paragon, and the prospect from the drawing-room window, at which I now
write, is rather picturesque, as it commands a prospective view of the left side
of Brock Street, broken by three Lombardy poplars in the garden of the last
house in Queen´s Parade".







Camino de La Abadía, de las Termas Romanas y de la cabalgata Gran Regency Promenade, os dejo por hoy.

Decir que no asistí ni al Pre-Festival Get Together del viernes 17, porque no me dio tiempo debido al retraso del avión que os conté en la anterior entrada y que tampoco asistí al "A very private public Breakfast" de las 9h, donde se podía desayunar un típico desayuno del siglo XVIII como los que Jane Austen tomaba en Sydney Gardens: bread rolls, plum cake, hot chocolate, chine tea and coffe, todo sevido en un salón privado de una típica casa de la Regencia. Además, el desayuno venía acompañado de una charla sobre la época. Costaba 12 libras y duraba 90 minutos. Tuvo lugar en Kinwarton, 3 Upper Camden Place, Camden Road, Bath BA1 5HX.

Eso sí, a la GRAND REGENCY PROMENADE, sí asistí.

To be continued...

(En el próximo capítulo vereis a la gente de Bath y a la mayoría de personas que visitamos la ciudad esos días, vestidos como vestían Jane Austen y sus contemporáneos).



I.M.G.



Nota: Todas las fotografías son propiedad de Isa Merino.

miércoles, 6 de octubre de 2010

BATH (Jane Austen Festival 2010) ( I )

17/09/2010 Málaga - Gatwick - Reading - Bath.


Una noche que bien podría describirse en uno de los capítulos de "Los misterios de Udolfo" de Anne Radcliffe. Llovía, tronaba y los relámpagos iluminaban la ciudad dormida. En cada flash parecía retratarse el final del verano, aunque viviendo en Málaga, nada más lejos... en esta ciudad no se habla del final del verano hasta bien entrado noviembre. (Aún nos queda mucha manga corta que regastar). La lluvia golpeaba furiosa las persianas. 4:30 de la madrugada. Hora de sueños. Hora de descuento hacia mi próxima aventura: Bath. Al fin me duermo. Sueño.

Despertador. 6:45. Lluvia. Bus. Centro. Amiga. Tren de cercanías. Aeropuerto de Málaga. 9:00. Hora de embarque: 9:30. Salida del vuelo: 10:10. En un par de horas: Gatwick. Un par de horas más y al fin: Bath. Esos eran los planes, pero no siempre salen redondos. Esta fue una de esas ocasiones. El vuelo sufrió un retraso de 5 horas. Indignación. Indiganción. Más indignación. Mucha más y.... Volvemos a empezar: Aeropuerto de Málaga. 9:00. Hora de embarque: 14:30. Salida del vuelo: 15:00. Amiga sentada con desconocidos en fila 16. Aquí, la bloggera, lo mismo, en fila 17. A mi izquierda un tipo alto y serio lee una revista de negocios en inglés. Parece interesado. Lleva unos gemelos plateados con un escudo. Enfoco la vista como si se tratara de prismáticos, primero un ojo, luego el otro y lo veo claro: Harvard Business School. A mi derecha una chica, también seria, de pelo largo y oscuro lee a Federico Mocchia. Es la primera vez que no llevo algo para leer en el avión. Me quejo de mi suerte y cierro los ojos. Cruzamos España. Cruzamos Francia. El mar del Norte. Un niño llora. Llora. Llora. Insoportable. La azafata canturrea en inglés cuando habla. Dice "zeeeenkiuuu". Nadie interesante. Un chico levanta a un bebé en alto. Rubio. Su compañera guarda cierto parecido con Jennifer Gardner. NO. Sí. Puede. No. En nada. Un señor enorme ocupa dos asientos. Otro hombre, parecido a Toni Curtis, (D.E.P. Toni Curtis), se contonea por el pasillo. Lleva el pelo pintado. Un español habla en voz alta. Muy alta. No he leido a Mocchia, pero mataría por quitarle el libro a mi compañera de viaje. ¿Cómo he podido subir al avión sin un libro? ¡Yo! Descendemos. Una pasajera lleva una flor rosa y extraña en la cabeza. Camiseta de leopardo. Pantalones de licra negros. Sé que a partir de poner un pie en la gran isla inglesa, tendré que volverme más de una vez para observar alguna camiseta, algunos zapatos, una diadema o una pésima combinación de ropa adornada con un sombrero alocado y un corte de pelo sicodélico. No soy fashion victim, pero sé reconocer a los horteras en cuanto los veo. Llegamos a Inglaterra. On time. North Gatwick.


Tren hacia South Gatwick. On time. Train Station. Nos atiende un chico español. Serio. Tren para Bath a las 18:03. Hacemos tiempo acercándonos al Upper Crust. No hay papeleras. Pregunto por ellas a un responsable de la estación. Me indica un "poyete". ¿Ahí? -pregunto. Sí, ahí. Responde. Me quedo, literalmente, muerta. Lo dejo sobre el poyete sintiéndome una "guarra" por dejar papeles de bocatas por ahí tirados, pero órdenes inglesas son órdenes inglesas. Mi zumo de manzana sabe a piña. O a uva. O a piña y uva. Salimos para Reading con extrema puntualidad inglesa. Atrevasamos la campiña con un sol radiante. Los árboles y los prados tienen una gama de verde que sólo reconozco en Inglaterra. Tras varias paradas, todas puntuales, atravesamos el sur de Inglaterra y llegamos a Reading. Media hora de parada. Un servicio. Una chica rubia se pone un postizo frente a un espejo minúsculo. Se maquilla y nosotras nos ponemos ropa de invierno. Ya no estamos en Málaga y el verano ha quedado lejos. Hace frío.


El tren procedente de Paddington, (Londres), llega con unos minutos de retraso. Se clava en las vías, gime, exhala humo y pasajeros. Subimos otros. Todos de pie. Algunos sentados en el suelo, entre los vagones, leyendo. En primera clase los asientos tienen pequeños televisores. A la media hora de camino nos agenciamos un par de esos asientos. Trasteo las teles. Encuentro series. Comedia. Friends. Me río con Mónica y Chandler, con Joey y Rachel, con Phoebe y Ross. Recuerdos. Recuerdos. Recuerdos. Después Glee, el piloto. No podemos ver más de 5 minutos. Una chica se maquilla los ojos, las pestañas. Su novio la felicita.


21:05 Bath Spa. Destino. On time.


¿De verdad he llegado a Bath? ¿El Bath de Jane Austen? ¿El Bath de su Persuasion? ¿El Bath de La abadía de Northanger? ¿El Bath de MOll Flanders? ¿De verdad estoy en Bath? ¿Yo? ¿La que leía todos esos libros e imaginaba a la sociedad inglesa paseando por sus calles de la era georgiana? ¿De verdad es Bath?


Hace bastante frío. Tiemblo. Una hilera de taxis nos recibe. Guardamos cola. Tiemblo de nuevo. Ahora es la emoción. El reconocer un sueño ante la propia vista. Observo el cartel mientras llega nuestro turno: Bath Spa.


Cruzamos los dedos. Queremos un taxi típico inglés. Finalmente es un Peugeot como hay cientos en España o en Francia, pero con el volante al otro lado. El tipo, rudo, serio, guarda las maletas en el maletero y le damos la dirección. Brock Street, junto a The Circus.


BATH... las calles de Bath... la oscuridad nos muestra una ciudad marrón/gris , de edificios bajos, cargada de historia, con apenas gente en sus calles. El bed and breakfast es un edificio del siglo XVIII antes el que debió pasar Jane Austen cientos de veces en sus paseos. Vivía a apenas dos calles. Llamamos al timbre. Nadie. Nuevo intento. Nadie. Iluminación escasa. Una chapa en la puerta, en dorado. Brock. Intento telefónico. El teléfono suena dentro. Nadie. Noche cerrada. Frío. Nadie. Risas nerviosas.






Llamada a un número personal. Atienden en un inglés cerrado. Indicación: Restaurante The Circus. Tras un malentendido conseguimos nuestras llaves. Al fin entramos en el edificion georgiano. Es como abrir la puerta de un fotograma y adentrarse en una película de época. Realmente estamos en un hotel de época, en lo que antaño fue una casa de una familia georgiana. Suelo enmoquetado en verde. Escaleras pintadas en blanco. Una o dos habitaciones por planta. Tenemos la "suit". ¡Guau! ¿Qué diría Jane Austen? No sé. Nosotras "lo flipamos", aunque el término no quede apropiado en una época en la que ahora estamos, porque realmente ese momento y ese lugar eran el siglo XVIII inglés y nosotras una "okupas" de un tiempo futuro.

Paseo por The Circus y Gay Street, una de las calles donde vivió Jane Austen y donde se encuentra su museo. Fotos con un león perteneciente a una exposición en Bath 2010. Iluminación escasa. Cansancio. Volvemos al hotel. Fotos. Ducha. Para encender la luz del baño no hay interruptor. Una cuerda cuelga del techo en un baño moderno a la par que enmoquetado. Tiramos de la cuerda. Se enciende la luz.

Me duelen un poco las mandíbulas. Excesos del día. Supongo. Apagamos la luz. Cerramos los ojos. Sueños en Bath.

2:38h Madrugada en Bath. Mi cara. Baño. Luz tirando de la cuerdecita. Mirada al espejo. Mi cara hinchada. Muy hinchada. Sobre las mandíbulas. En los oídos. En las amígdalas. Tiemblo. Mareo. Taquicardia. Vuelta al espejo. Horror.

To be continued...

I.M.G.

Fotografías propiedad de Isabel Merino González. (Bath 17/09/2010)