sábado, 30 de julio de 2011

Londres (24-27 de Junio) 3ª Parte (Glee Live en el O2 Arena)


El sol se coló temprano por las rendijas abiertas de las ventanas de nuestra habitación. No había una sola nube en el cielo, ni siquiera en el horizonte. Preludio de un día espléndido. Lo fue. Como si con cada pisada sobre el suelo londinense, empezando por la zona de Hammersmith, fuese a explotar en fuegos artificiales.

Nos dirigimos a coger el metro en Ravenscourt Park con la emoción que se siente antes de ir a un concierto que sabes que probablemente será único en tu vida. Pasamos la Oyster por los cajetines del metro y nos sentamos en un banco de madera, al aire libre, a esperar. Era domingo, y era temprano, por lo que éramos las únicas que hacían el chorra, mientras llegaba el Tube, cámara en mano. Como teníamos tiempo, decidimos irnos a la zona d
e Westminster, una vez más. Saludamos al Big Ben nada más salir de la boca de metro, y dimos un paseo por esa zona que conocemos tan bien. El reloj de la torre más famosa en Londres, parece guiñarnos con las manecillas cada vez que nos ve aparecer por allí, año tras año. Caminamos hacia la Torre Victoria, cruzamos hacia la Abadía. Es domingo y no se puede visitar, pero la gente se dispone a hacer cola en la puerta. Hay misa, y los turistas más avispados pretenden colarse para poder visitar la Abadía de Westminster sin tener que pagar una libra. Es hermosa por fuera y por dentro. Ese día lo es especialmente, más que en la boda de William y Kate Middleton, pues el sol la baña de arriba a abajo. Otra inglesa que cecea, (van dos), les explica a los curiosos que no es día de visitas, si no de oración. Queremos entrar a verla una vez más, para recordar los rincones que recorrimos una vez anterior, pero desistimos por sino fuera posible hacerlo una vez dentro. No podíamos permitirnos oír una misa completa, pues en apenas una hora debíamos irnos para el O2 Arena. Confieso haber estado más nerviosa que mi amiga, o tal vez lo expresaba más. Miraba el reloj a cada instante, el mío de pulsera o miraba hacia atrás y miraba la hora que marcaba el Big Ben. Nos hicimos unas fotos, dimos otro paseo, admiramos alguna estatua, como la de Mandela, o la de Abraham Lincoln. Fuimos a hacer fotos a la entrada del metro de Westminster, unas más al Big Ben, otra vuelta por la Abadía, luego por la tienda, (impresionante la de merchandising que hay sobre la boda real de William y Kate, de todo lo imaginable e inimaginable también. Todo un negocio. No compramos nada).
Al fin llegó la hora de coger el metro de nuevo y contar las paradas hasta North Greenwich. Fueron bastantes. A nuestro lado viajaba una familia con varias niñas que no dejaban de mirar nuestras camisetas. Eran de Glee. Encargadas por nosotras, iguales, pero a la vez únicas. Yo observaba a la gente que llegó hasta nuestra parada, tal vez porque quería saber qué perfil tenían los Gleeks londinenses, pero no me pareció que hubiese ninguno, y me hizo dudar de la fecha o de la hora del concierto, hasta del lugar, ¿acaso éramos las únicas que llegarían al O2 un par de horas antes de que empezara el concierto?

Cuando llegamos a la zona del O2, apenas a 5 metros de la salida del metro de North Greenwich, (esta boca de metro te hace pensar que vas a una piscina o parque acuático, con sus paredes de azulejos azules), nos impresionó la organización de la zona. Aquello es tremendo y sabes que estás en una zona de conciertos nada más llegar... es increíble. La carpa que cubre el O2 mide 1km de diámetro, es blanca, salpicada de torrecillas amarillas que se inclinan hacia el cielo. La llaman el huevo duro aplastado, entre otras cosas, y se ve desde una altura considerable en el cielo. Yo no lo he visto, pero lo he leído, y como he estado allí, no me extraña en absoluto.

Lo primero que divisamos, una vez pasada la zona de juego de niños, y unos edificios de cristal, fuentes en el suelo, etc, fue la zona de venta de merchandising de Glee. Pasamos curiosas por delante, pero lo primero era lo primero, conseguir nuestros duplicados de entradas. Las originales nunca nos llegaron, debido a un fallo en la empresa de mensajería Fedex, que la entregó a Chronoexprés en Málaga, y esta a su vez en lugar de entregarla a la destinataria, lo hizo a su portero y ahí perdimos la pista de las entradas. Tanto por mail al O2, como a Ticketmaster, como por teléfono a los mismos, nos aseguraron el duplicado el mismo día del concierto, justo a las doce, y eran menos diez cuando llegamos a las taquillas. Aún quedaban 10 minutos de agonía, que pasamos observando las camisetas y los objetos que vendían en los puestos de merchandising. No era sólo ese puesto al aire libre, si no, que al entrar al O2, había varios. Los más pequeños sólo vendían el programa, y el backstage que no era tal. Nos compramos ambos, aunque a horas distintas. La zona de venta de merchandising dentro del O2 es una auténtica pasada. Es enorme, como el lugar, donde también hay restaurantes a mansalva, cafeterías, pubs, discotecas, exposiciones... (entre ellas había una de objetos rescatados del Titanic), etc, etc, etc. Ese día, todo estaba relacionado con Glee. Menú Glee. Bebida Gleek. Karaoke Glee. Etc. Etc.
A las doce volvimos a las taquillas por tercera vez. Y al fin conseguimos el duplicado de nuestras entradas. Por increíble que nos pareciera, en un par de horas estaríamos viendo a los chicos de la serie Glee sobre el escenario. ¿Quién nos lo iba a decir hace unos meses? Yo estaba deseando oír y ver Lea Michele. Confieso mi debilidad para con su voz y su persona. Es mi personaje favorito. Pero he de confesar que cuando empezó el concierto, me emocioné con todos y cada uno de ellos, hasta con Lauren, que no me simpatizaba demasiado en la serie.

Una vez que tuvimos las entradas y que compramos lo que pudimos en la tienda de merchandising, que no lo que quisimos, pues las camisetas eran la mayoría de talla XL o corte de chico y no pudimos conseguir la que nos gustaba, nos dirigimos por fin a lo que era la verdadera entrada a aquel inmenso palacio de deportes o de conciertos. Nos revisaron las entradas con láser y nos indicaron, (había muchísimo personal y ninguna aglomeración ni cola a la entrada), cómo subir a la primera planta. Aquello era como un centro comercial, eran escaleras mecánicas. Como es circular, una vez que subimos debimos ir, en c
írculo hasta la puerta número 112, que era la nuestra, (había muchísimos puntos de entrada, con sus servicios bien localizados, restaurantes, zonas donde comer, etc, por cada planta), y ahí buscamos nuestros asientos. El mío era el K373, y el de mi amiga el contiguo. Nos quedamos alucinadas por dos cosas. La primera por lo enorme del lugar, y la segunda por lo cerca que estábamos del escenario. Una auténtica pasada. Con el subidón de adrenalina nos fuimos a comer a la misma planta, pero la comida entraba a duras penas, la emoción no nos dejaba comer lo que quisiéramos o necesitáramos. No tardamos mucho en hacerlo, y volvimos a nuestros asientos, que eran como de cine, butacas. Debían ser más o menos la una, y yo ya no me moví de mi asiento hasta que terminó el concierto a las cuatro y algo de la tarde. Observé cómo se iba llenando de gente. Gente muy variopinta. De todas las edades. Pensábamos que Glee atraería más bien a jovencitas, a adolescentes, a niños, y a nosotras, pero no. Glee, en Londres, atrae a todo el mundo, sea de la condición que sea, de la edad que sea, de la religión o credo que sea, de todo tipo, había rockers, heavys, parejas cuarentonas, cincuentonas, sesentonas, treintañeros, gente alternativa, abuelos con nietos, grupos de adolescentes, ejecutivos, etc etc etc. Desde nuestro sitio también podíamos ver cómo iban organizando el escenario, cómo llegaban los músicos, cómo acomodaban a los del pase VIP, que debieron pagar en torno a los mil euros para poder estar sentados en butacas en medio del escenario en forma de H invertida.
Cuando llegó la hora y se apagaron las luces, el O2 estaba al 90% de su capacidad. La gente comenzó a gritar y yo le dije a mi amiga que debíamos ser las únicas españolas que gritaban en español, si es que se puede gritar en diferentes lenguas. Unas adolescentes que nos rodeaban, no dejaban de hablar a gritos entre ellas, una mujer embarazada y su marido se acomodaban en un asiento más allá, unas señoras lo hacían detrás nuestra, un grupo lo hacía delante, toda una familia junto a ellos y así se fueron llenando los huecos. Los que escogieron la última fila en la parte más alta del O2 fueron avisados al comprar sus entr
adas que existía el peligro del vértigo si alguno lo tenía, y no me extrañaba nada. Para comprar esas entradas, prefiero verlo en casa. La cosa se animó cuando en las pantallas gigantes salió Sue Sylvester y luego Will Schuester. Después vinieron una serie de diapositivas de la serie, que duró hasta que alguien salió al escenario haciendo una pirueta. Comenzamos a gritar pensando que era algún Glee, pero eran los preliminares, un grupo que hacia break dance o algo así y que iba a promocionar su espectáculo al menos durante media hora. Estuvo muy bien, muy entretenido, pero estábamos deseando que salieran al escenario los Glee. Fueron puntuales. Y ahí comenzamos a gritar todos de verdad, ¿por qué? No sé, por inercia, por que se grita en los conciertos, porque entra dentro del precio que pagas, porque la emoción te lleva y la adrenalina se te dispara, porque eres feliz. Yo siempre lo soy cuando voy a un concierto y lo disfruto. Es un estado de felicidad que no tengo que recordar para saber que lo fue, es un estado que reconozco enseguida, en cuanto sale al escenario mi personaje o grupo admirado. Feliz. Así estaba. Y así estoy al recordarlo.
Describir un concierto es complicado. Es algo que hay que ver y vivir. No se puede transmitir con palabras, por lo que mi recomendación es que os pilléis una entrada, (en este caso es complicado porque la gira ha terminado y porque no ha llegado ni llegarán las próximas, a España), y lo viváis, u os busquéis vídeos en youtube y veáis alguna parte del show. Aunque lo mejor, sin lugar a dudas, será que el 12 de agosto, veáis el concierto en el cine, en 3D, si es que llega a España. Estará una semana en pantalla, y el tracklist, será el mismo que yo viví y disfruté allí, que es el sigui
ente:

El show abre con un video pregrabado de Sue y Mr. Schuester introduciendo a los New Directions:
Diana Agron (Quinn Fabray), Chris Colfer (Kurt Hummel), Darren Criss (Blaine Anderson), Ashley Fink (Lauren Zizes), Kevin McHale (Artie Abrams), Lea Michele (Rachel Berry), Cory Monteith (Finn Hudson), Heather Morris (Brittany Pierce), Chord Overstreet (Sam Evans), Amber Riley (Mercedes Jones), Naya Rivera (Santana Lopez), Mark Salling (Noah Puckerman), Harry Shum, Jr (Mike Chang) y Jenna Ushkowitz (Tina Cohen-Chang)

Repertorio:

1. Don´t stop believin'
2. Sing
3. I´m slave 4 u
4. Fat Bottomed girls
5. I want to hold your hand
6. Ain´t no way
7. P.Y.T (Pretty young thing)
8. Born this way
9. Firework
10. Teenage Dream
11. Silly Love Songs
12 Raise your glass
13. Happy days are here again/get happy
14. Lucky
15. River Deep, mountain high
16. Forget you
17. Don´t rain on my parade
18. Jessie´s girl
19. Valerie
20. Loser like me
21. Safety dance
22. Somebody to love.

El tracklist no era ninguna sorpresa, puesto que estaba publicado en internet desde que comenzó la gira en USA. Sorprendieron con un escenario entre el público, al fondo, desde donde Lea Michele y Chris Colfer hicieron uno de los números, o los Wharblers, hicieron los suyos. También lo pisó Mercedes, o Tina, o Puck... Pudimos ver a Puck y a Blaine cantar y andar entre el público, yendo de un escenario hasta el principal. Durante la actuación de Lea Michele cantando Fireworks pudimos ver fuegos artificiales como los que describe Katy Perry, y cuando Corey cantó su Jessie´s girl se multiplicó y agigantó en el escenario. También hubo un momento McKinley, cuando simularon estar en una de sus clases, fue entonces cuando Sam y Quinn cantaron su canción de Lucky y Finn se subió a la batería. El cambio de vestuario para cantar Born this way no pasó desapercibido, todos con las camisetas blancas cuyo mensaje les definía. Yo pensé en el lema que aparecería en la mía, aunque podrían ser varios, hay tantas cosas que me definen...Ver a Heather bailar como lo hacía en sus conciertos con la gran Beyoncé o a Harry casi partirse en dos mientras bailaba Valerie, hizo al público ponerse en pie una y otra vez, hasta dejar las sillas a su libre albedrío. Creo que sólo las usé para apoyar el programa o el bolso, desde luego no pude estar sentada un solo minuto. Hice fotos, vídeos, grabé temas en la grabadora del móvil... y me llevé en la retina tanto de aquel concierto, que no puedo desparramarlo aquí. Ojalá. Algunos dicen que son chiquillos, que cantan para chiquillos. Yo hace tiempo que paso de los comentarios de todo el mundo referente a cualquier cosa. Sólo puedo decir que disfruté mucho del concierto y que si el año que viene hay gira, volveré a verlos.
Entre mis sueños musicales, estaba el poder ver un día en concierto a Madonna. Y lo cumplí, dos veces, en Roma y en Sevilla. Otro de mis sueños es ver a Abba, (está difícil, pero aún no lo descarto). Ver a Roxette (lo hice en Madrid en 2001 y volveré a verlos en noviembre de 2011 también en Madrid), me quedan Celine Dion y Barbra Streissand, entre muchos otros y pensé que no vería nunca a Lea Michele, pero lo hice, la vi, allí en el escenario del O2 Arena, en Londres, y fue grande, especial, único. Escuchar a Lea en directo es un sueño cumplido. Ojalá se repita. Si puedo, ya os contaré, trataré de cumplir otro en octubre, ver a la gran Idina Menzel, (La Elphaba original de Wicked), en el Royal Albert Hall de Londres, (como spoiler de Glee os diré que aparecerá en varios capítulos de la tercera temporada).

Cuando terminó el concierto nos quedamos allí sentadas un rato, saboreando aún los instantes vividos, terminando de grabarlos en la memoria, viendo al público salir. Vagamos por el O2 durante un par de horas más, de un puesto de merchandising a otro, de visita en el karaoke, de cháchara con uno de los guardas de la entrada a los camerinos de los chicos, en una cafetería tomando dulces y capuchinos...

Dimos por terminado el sueño cuando nos pusimos en la muñeca los relojes Gleek que acabábamos de adquirir. Volvimos al metro de North Greenwich y nos dirigimos a las Tower Bridge con nuestras camisetas de Glee, el programa, el backstage, los relojes.... Nos sentamos en un banco, mirando a las Tower Bridge. No eran más de las cinco y pico. El Támesis discurría tranquilo, casi transparente. El sol seguía sonriente. Feliz. Nos hicimos unas fotos, llamamos a casa, comentamos el concierto y disfrutamos de las vistas hasta que decidimos coger el autobús 15 en The Tower para irnos al centro. El 15 hace un recorrido más que turístico. Pasamos por Saint Paul y regresamos a Strand, y a la zona de Picadilly, Leicester, etc. Compras de nuevo. Tiendas. Paseos. Más compras. Confundirnos en las calles, en la medida de lo posible, con los londinenses, ejercer de turistas cuando posamos para las fotos, emocionarnos nuevamente con un cartel de Wicked, observar como un jubilado las obras de Leicester. Londres se prepara para el 2012. Y en el 2012, nosotras, volveremos, si no lo hacemos antes, claro. Yo nunca me despido de Londres, nunca digo adiós, igual que nunca digo adiós a un amigo querido, con ellos, como con Londres, siempre es Hasta luego o Hasta pronto. Que así sea.

I.M.G.(Gleek)

9 comentarios:

  1. Isa, alguna vez me encantaría acompañarte en uno de tus viajes a Londres, eres una viajera con una gran sensibilidad.

    Oye, te dejo mi nuerva URL del blog, por si quieres sustituirla por la anterior, esta que sí actualiza:
    http://loliperezgonzalez.blogspot.com/

    Abrazos con sabor a mar
    LP

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  2. No sé, no sé si irme contigo el próximo viaje que hagas o directamente comprarme el disco y quedarme en mi casita pensando ... el tragín que se trae Isa, no bebe y casi no come y encima anda de acá para allá entrando y saliendo de la boca del ogro, digo del metro... je ,je... Sí, sé que lo has gozado, amiga, lo has gozado y me lo has contado... muchas gracias y si sales otra vez... graba un vídeo mujer... yo te enseño a subirlo a youtube y así... te ahorras algunas palabritas... ¡la virgen! me he tirado 20 minutos leyendo, juas, juas... Si nos encontramos alguna vez... por favor, te pido ya la palabra, ja, ja.... porque tienes que hablar más que yo y ya es decir!!! ja ,ja... Bss.. amiga y feliz verano!!

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  3. No sé, no sé si irme contigo el próximo viaje que hagas o directamente comprarme el disco y quedarme en mi casita pensando ... el tragín que se trae Isa, no bebe y casi no come y encima anda de acá para allá entrando y saliendo de la boca del ogro, digo del metro... je ,je... Sí, sé que lo has gozado, amiga, lo has gozado y me lo has contado... muchas gracias y si sales otra vez... graba un vídeo mujer... yo te enseño a subirlo a youtube y así... te ahorras algunas palabritas... ¡la virgen! me he tirado 20 minutos leyendo, juas, juas... Si nos encontramos alguna vez... por favor, te pido ya la palabra, ja, ja.... porque tienes que hablar más que yo y ya es decir!!! ja ,ja... Bss.. amiga y feliz verano!!

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  4. ok, Loli, tomo nota de tu nueva URL a ver si así se actualiza.Tendríamos que irnos los puntoyseguido a Londres un fin de semana alguna vez, tal vez os agotaría, o tal vez no, según se mire, jeje.

    Besitos

    Isa

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  5. jajajaj, me he enrollado un poco, lo sé, jajaj. Mari Cari, debería haber hecho dos entradas, pero quería terminar con el finde de Londres y no dejarlo sin contar, como me pasa cada vez que hago un viaje por entregas. Lo de los vídeos de conciertos está muy bien,pero yo que soy conciertera al 100% y amante del directo, te digo que no hay nada como estar ahí, en el "meollo". El subidón es tremendo. Y a mí me flipa. Ay, si me hubieras visto en los conciertos de Mecano... jajaj

    Un besote y disfruta de tus vacaciones, a mí me quedan 5 días, y tiraré para la bella Italia, ya te contaré.

    Isa

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  6. Qué subidón, Isa, ya veo que disfrutaste, me alegro, para eso son los concierto en vivo, para chillar y disfrutarlos. Y ahora a Italia, no paras...

    Besitos.

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  7. Sí que disfruté sí, jeje. Y ahora Italia... Conozco Roma, (he estado más de una vez), Florencia, Pisa, Verona, Venecia... y ahora toca una nueva visita a Roma, unos días en la costa napolitana, (Sorrento, Pompeya, Positano, Capri, Amalfi...), unos días en La Toscana, (Siena, San Gimignano, Orvieto...), regreso a Florencia y a Pisa y vuelta a casita. Si me llevo el netbook, os contaré desde allí, si no, lo haré a mi vuelta.

    Besitos
    Isa

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  8. Lejos estoy de la adolescencia e igualmente disfruto de Glee y sus canciones. No me pierdo un capítulo y tengo todos los CD, y si vinieran, seguramente iría.
    Lea Michelle tiene una gran voz, totalmente envidiable.
    Saludos.

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  9. También estoy lejos yo, Luciana, a mis 38 años, pero la disfruto igualmente, jeje

    Lea Michele es una de mis cantantes favoritas. Me encanta su voz.

    Besitos

    Isa

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