Viajar a la costa amalfitana se planteó como un sueño hacía tiempo, pero jamás pensé que llegaría a cumplirse. El culpable de todo esto es Positano, un pueblito de la costa amalfitana que descubrí en el año 1994 en un cine de Málaga, cuando fui con mis amigas a ver la película Only you, película protagonizada por la ganadora de un Oscar, Marisa Tomei. Positano y el hotel Le Sirenuse se quedaron grabados en mi retina entonces. Reconocí a Positano en muchas películas más, pero no fue hasta ver Bajo el Sol de la Toscana, protagonizada por otra de mis actrices fetiche, Diane Lane, que volvió a entrarme el gusanillo. Entonces decidí que si volvía a Italia, iría a ver Positano.
Pero no vayamos tan rápido, antes de llegar a Positano, he de presentaros Sorrento. Así pues, en esta entrada voy a hablaros de la ciudad que me hizo de cuartel general en la Costa Amalfitana.
SORRENTO:
Me alojé en el hotel Rivage en Sorrento, durante un par de noches. El hotel me resultó curioso, pues la recepción estaba, como todas, en la planta baja, pero las habitaciones estaban en pisos hacia abajo y no hacia arriba, como si bajásemos en ascensor a una planta de un parking subterráneo. Sin embargo la última planta subterránea también estaba a ras de suelo, del suelo de la parte baja de Sorrento, y es que Sorrento es un pueblo encaramado a unos acantilados, podría decirse. Es un pueblo de costa absolutamente, y lo reconozco bien porque yo también vivo en una zona de costa. Al decir de costa me refiero no sólo a que esté bañado por el mar, si no al ambiente, a que la vida es más nocturna, para los paseos, los chiringuitos, las terracitas, las tienditas abiertas hasta media noche, el tráfico cortado en el centro para hacerlo peatonal, y la cuidada iluminación. Así pues la vida turística en este tipo de pueblitos, es más bien nocturna. ¿Qué se hace durante el día? Pues ir a la playa, o coger un Ferry para conocer otros sitios de la costa con encanto. Si vais buscando cultura, es mejor ir a otra zona de Italia, no digo que no la haya en Sorrento, su catedral por ejemplo es muy interesante de ver (Cattedrale do San Filippo e Giacomo), aunque poca gente entra dentro, y se para sólo delante de su fachada, que a la par que simple, da vida y vista a la vía del Corso Italia, una vía repleta de tiendas de ropa y de souvenirs, por algo es la calle comercial.
El producto típico de Sorrento son los limones y el limoncello. Encontrar un imán o algo de recuerdo que no lleve un limón es complicado. El limocello está absolutamente por todos lados, como si fuese la bandera del lugar, lo embotellan en botellas de diversos tamaños, colores y formas. No te puedes ir de Sorrento sin probar el limoncello. Yo lo probé, claro. En la habitación de mi hotel, por si me caía redonda, teniendo en cuenta que son 32 grados de alcohol y que yo no suelo beber. Con el primer sorbo me dio ya un ataque de risa. Ahí lo dejo. Otro producto típico, aunque no sólo de Sorrento, si no de toda la costa Amalfitana, son las chanclas, hechas a mano, de cuero, de piel, etc. Puedes comprar las que ya exponen en sus tiendas exclusivas, o puedes hacer el encargo y volver a por ellas en una hora o así. El precio es bastante caro, y más si son exclusivas. El mínimo ronda los 40 €, que son las más simples, lo normal es que cuesten de 60 en adelante. En los alrededores de la Piazza Sant' Antonio, (San Antonio es el patrón de Sorrento y tiene su basílica en esa plaza), podéis encontrar más de una.
Antes he dicho que durante el día lo que se hace en cualquier pueblito de costa, generalmente, es ir a la playa. Bueno, en Sorrento debería especificar. El centro del pueblo está sobre unos acantilados. En línea recta desde la catedral hacia las vistas del mar, se llega a unos jardines. Si te asomas a ellos te causan impresión. Al frente, el mar, en el horizonte toda la costa napolitana y a lo lejos una bruma que oculta a Capri. Si miras hacia abajo se ve el puerto y la playa, y de esa playa voy a hablaros. Hay dos tipos de playa en Sorrento, si podemos llamarlo playa, claro. Se puede dividir en playa de los ricos y playa de los pobres, vulgarmente se las conoce así. La de los ricos no existe, como playa propiamente dicha, si no que lo que han hecho es aprovechar un trocito de arena y plantar sombrillas, y a su alrededor hay malecones y espigones llenos de hamacas del mismo color, y casetas de colores. Todo ellos sobre aguas cristalinas que de lejos tienden a color entre verdoso y turquesa. Es fascinante. Precioso. La playa de los pobres en cambio es un trocito de arena pequeño en el que se agolpan, casi literalmente, unos encima de otros, los que no quieren pagar los 13€ que cuesta entrar a la playa de los ricos. Como ese trocito se llena de gente enseguida, los últimos en llegar tienen que dejar las toallas sobre el asfalto duro que hay junto a los acantilados o sobre alguna piedra que precede a un espigón. Complicada está la cosa, sí señor.
Vistas desde la Piazza Vitoria (playa de los ricos) |
Bajar del pueblo a la playa también se puede hacer de dos maneras. Andando, que es como se debería bajar, pero como casi nadie baja, y en ascensor. El ascensor se coge en el jardín que antes comenté, que se encuentra ubicado en la Piazza Vitoria, cuesta 1€, la bajada o la subida, y si coges bajada y subida, tiene descuento y te sale por 1,80. Yo lo usé todas las veces que bajé o subí.
No me bañé en la playa de Sorrento, ni en la de los pobres, ni en la de los ricos, pero sí pasé por allí camino del puerto, los días que pasé allí, ya que desde el muelle de atraque de barcos se cogen los Ferrys para Positano, Amalfi y Capri. Los billetes se compran allí mismo. En casi todas las ventanillas de venta pone Capri, pero sirven para los tres sitios. Generalmente la gente se pone en una cola o en dos, de las siete ventanillas, así que si eres listo, te vas a una que no hay nadie y la sacas el primero. Es así, de veras, la gente espera cola sin sentido. Los barcos que más llegan y salen de Sorrento son los de Capri, pues tienen la demanda más alta y puedes ver en el muelle largas colas a diario para coger el Ferry.
Comer, cenar, o tomar un helado o una copa en Sorrento no es barato. Tampoco es excesivamente caro. Os recomiendo la terracita del Mona Lisa, donde además de admirar unos frescos en una especie de capilla al aire libre, se puede oír música en directo, (a nosotras nos tocó un músico al que no vimos la cara, pero que sonaba a Andrea Botticelli). El helado de Sorrento no es de los mejores de Italia, y tampoco de los más baratos, pero merece la pena pedirse uno, de chocolate negro, por ejemplo, y comértelo mientras paseas por las callejuelas y te asomas a sus tiendas llenas de colores. En una de esas tienditas en mi afán de encontrar imanes, me encontré con una legión de soldaditos romanos y de gladiadores. A veces puedo ser un poco manazas. Le partí el brazo a un gladiador. Roto. Por el codo. El brazo separado del cuerpo. Nos dio un ataque de risa, aún sin haber probado el limoncello que llevábamos en una bolsa. El pobre gladiador manguito, como la Catedral de Málaga, se quedó allí, con sus compañeros, al día siguiente no podría salir a pelear en el Coliseo, seguramente. Pobre... Debí traérmelo. Pero no lo hice.
Por la noche refresca, así que una rebeca, viene genial, incluso un pañuelo para el cuello. Lástima de haberlo olvidado en Málaga.
Por la noche refresca, así que una rebeca, viene genial, incluso un pañuelo para el cuello. Lástima de haberlo olvidado en Málaga.
La mañana que decidimos ir a Positano me levanté nerviosa. Cumplir un sueño siempre hace que me tiemblen un poco las manos, que tire de algún recuerdo, o que mi nivel de felicidad se acote en un número bien alto de mi propia escala preestablecida. Esa mañana estaba radiante. Nada más salir del hotel nos dimos de bruces con un calor pegajoso y excesivo, pero seguimos. Cuando caminas hacia un objetivo que anhelas, apartas el bochorno de un manotazo, te pones las gafas de sol, y tiras "p´alante", andando a lo "Travolta".
¿Quién dijo que el Ferry sería barato? No es de extrañar, teniendo en cuenta que el bus de Sorrento es el más caro de toda Italia, pues cuesta 2,40 un billete ordinario. (En Roma, la capital, cuesta 1€).
Sacamos el billete para el primer Ferry, que salía a las 10:30. Era lunes 08/08/2011. Precio sólo de ida: 13€. Duración del trayecto: unos 50 minutos. Eran las 9:30 de la mañana. En esa hora que quedaba por delante, pegajosa, y calurosa, como he comentado, en exceso, no podíamos alejarnos del puerto, así que nos limitamos a irnos al muelle 7 y esperar al Ferry que venía de Nápoles, ver cómo lo lavaban con manguera y escoba, observar los peces que nadaban junto al casco del barco, oír diferentes lenguas en la cola que se iba formando detrás nuestra, y quejarnos de habernos dejado el sombre que usamos para Pompeya, en la habitación del hotel, que bajo aquel calor asfixiante, se nos antojaba en el fin del mundo. Buscamos la sombra del Ferry, y ahí anclamos hasta que nos dejaron subir. Nos acomodamos en la parte de arriba del Ferry, al aire libre, aunque a esa hora, a pleno sol, podríamos decir que más que al aire libre, al calor asfixiante. Cuando estábamos a punto de marearnos por el solano, el Ferry arrancó motores. No izó velas, porque no tenía, obviamente, y cuando salimos del puerto, dejando poco a poco a Sorrento atrás, con el viento en contra y a toda máquina, el calor de repente se transformó en frío... un frío de vellos de punta, que al principio se agradeció y que luego requirió de rebeca, (o poncho si hubiera habido en el barco, aunque fuese de alquiler), que también dejamos, junto a los sombreros, en el hotel. Ingenuas...
El trayecto hasta Positano, fuera cual fuese la temperatura, merece ser visto por todos los mortales. Impresionante. ¿Un sinónimo que lo defina mejor? mmmm: impresionante. NO hay otra palabra que pueda definirlo de manera más óptima.
Billete de Sorrento a Positano en Ferry |
El trayecto hasta Positano, fuera cual fuese la temperatura, merece ser visto por todos los mortales. Impresionante. ¿Un sinónimo que lo defina mejor? mmmm: impresionante. NO hay otra palabra que pueda definirlo de manera más óptima.
Ferry de la costa amalfitana |
Sobre Positano, Amalfi y Capri, tendré que hablar en la próxima entrada. Merecen una propia. ¿No creéis?
To be continued...
I.M.G.
Si te dijera que mi hija estuvo a punto de casarse en Amalfi,en una iglesia con una escalinata preciosa...
ResponderEliminarluego optó por no casarse.
Esa iglesia es preciosa, Tracy, por fuera y por dentro, y cuando le da el sol del mediodía, ya vereis la foto, brilla como el oro. Estuve un buen rato en esas escalinatas. Subiendo, bajando, haciéndome fotos...
ResponderEliminarMe encantó Amalfi, es un pueblito con mucho encanto, valga la redundancia.
Por cierto, el cantante obviamente no era Andrea Botticelli, era Andrea Bocelli, he mezclado al pintor Sandro Botticelli con el cantante Andrea Bocelli, jajaja, era tan tarde cuando escribí la crónica, que me lié. Un error descomunal, lo sé, pero he aquí mi disculpa a la errata.
Besitos
isa
Ja, ja... lo que me gusta Tracy, ja ,ja... y el Limonchelo, ufff, se me pone la lengua pegajosa, pegajosa... y otra vez el tobecontinué este, que me pones, ja, ja... y con el que tengo que fabricar el microrrelato para el próximo jueves... espera que me tome otro limonchelo a ver si me entono... je ,je... Me vas a llevar a tu próximo viaje, porque esto es lo que es un viaje y lo demás un cuento, hija,,, me están rozando los dientes el mármol blanco sevillano, que es muy blando y se me hacen surcos solo con mis taconazos... ja, ja... necesito una foto buena que desde el mar se vea la costa con casitas o montes... ¿tienes alguna más ampliada como la primera de Sorrento? Es para un cuadro, ja, ja... luego digo que he estado allá, ja ,ja.. Bss... amiga
ResponderEliminarUn viaje precioso y por lo que cuentas fue el cine el que te llevó allí, no me extrañas que regreses entusiasmasa, seguiremos viaje...
ResponderEliminarUn beso.
MariCari, jajja, cómo me haces reir. La verdad es que no puedo quejarme de ninguno de mis viajes. Los he disfrutado todos al máximo. Este en concreto llevaba unos meses planeándolo y salió perfecto, más aún de lo que me esperaba. Ya seguiré contand, ya verás. Lo del to be continued es necesario, porque cómo escribir del tirón todo el tiempo que he pasado en Italia con lo descriptiva que puedo llegar a ser? Si te leíste en dos veces lo de Pompeya, porque largo, imagínate si lo escribo todo del tirón.... jajajja, abandonarías mi blog por pesada, jajaj.
ResponderEliminarEn cuanto a la foto sin problema. He hecho 1585 fotos en este viaje, tengo de tdo tipo. Para lo que me comentas te enviaré de Positano, esas son preciosas y siempre puedes decir que estuviste, porque cuando leas mi crónica, sin duda habrás viajado allí conmigo, de alguna manera, aunque sea virtual.
Un besazo
Isa
Wendy, el cine que tanto me hace soñar, reír disfrutar, llorar, etc, también me indica a veces los lugares que debo visitar, en esta ocasión y durante muchos años creó en mí un sueño llamado Positano y otro llamado Toscana. He tenido la suerte de vivir ambos y de sentirme protagonista de una película, esta vez de lo más real. Gracias por seguir conmigo este viaje.
ResponderEliminarBesos
Isa
Vale, ya estoy aquí, te sigo en tu viaje y voy a la siguiente entrada...
ResponderEliminarEspero que estés disfrutando. Fue un gran viaje ;-)
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