miércoles, 15 de diciembre de 2010

Festival Eñe (12-13Nov. Madrid) 8ª Parte

19:30 Conferencia Exprés de Vicente Luis Mora. La tengo señalada con un círculo sobre el programa. La semilla errante: Google como punto de partida creativo.

Esta charla tiene como objeto analizar cómo artistas de ámbitos muy diversos están usando las posibilidades técnicas de Google para crear nuevas formas de expresión y mundos estéticos entrelazados.
La sala María Zambrano, en la 5ª planta está llena. Miro por la ventana. Madrid está oscuro. Ya es de noche.
¿Qué buscaba yo en esta conferencia? Ideas. Tan simple y tan
complejo como eso: Ideas.

Hay días que me siento frente a mi ordenador y espero que me
diga algo. La pantalla de Google, unos días más artística que otros, otros más
conmemorativa, no dice mucho, teniéndolo todo guardado en su buscador. ¿Qué
buscar? ¿Cómo buscar? ¿Dónde encontrar en la amplia red esa bombilla iluminada
que quieres arrancar del mundo virtual para que se instale en tu pluma o en tus
dedos y genere esa idea? Sólo es eso, una idea, que luego se ha de moldear, como
el barro, para que llegue a ser una vasija o una obra de arte, según el genio de
cada uno.

Se trata de ser Demi Moore en un instante romántico en la
película Ghost, antes de que Sam, el de idem en lugar de te quiero,
la entretuviera con su
torso desnudo y sus manos de déjame moldear contigo que ya verás lo que vamos a crear entre los dos.
Y cuando
tratan de darle forma juntos, la obra se deshace, porque el arte, a veces,
necesita soledad y empeño. Otras cosas, mejor entre dos. Apago la luz y
dejo a Sam y a Molly que desaten su pasión, mientras yo
vuelvo a googlear alguna palabra que se me ocurre, algún binomio fantástico.

Navegando por los mares de los piratas virtuales busco ideas donde atracar mi
Perla Negra.


Tras este inciso que he tecleado sin ser del todo consciente, sigo, o mejor empiezo, con lo que dio de sí aquella media hora, sentada en primera fila, atendiendo a la conferencia.


-¿Qué buscamos? -se pregunta y nos pregunta Vicente Luis Mora.

A su derecha, podemos ver una proyección de la pantalla de su portátil. De momento sólo se puede ver la página que muchos de nosotros tenemos como inicio en nuestro ordenador: Google.

-Buscamos por doquier el absoluto y sólo encontramos cosas. Las palabras las tenemos, lo que buscamos es el orden.

Vicente nos deja unas citas de filósofos, escritores, etc. Entre ellas nos deja una de Basho que dice: No sigas las huellas de los antiguos, busca lo que ellos buscaron.


-La búsqueda por excelencia es Google. Es una ordenación del conocimiento, de acceder al conocimiento.

Nos señala lo siguiente: búsquedas de Jorge Carrión y Googleramas de Joan Fontcuberta.

Busca en Google las palabras Rigor y hacer y nos enseña la de posibilidades que se abren, la de páginas que se nos ofrecen. Nos comenta que un escritor cuyo nombre apunto como Salzol y que no creo que sea ese, tenía un título para su obra: Risas y destrucción. Al introducir esas palabras en google y obtener ideas, consiguió escribir tres obras.

- Lo que buscamos en internet nos da como respuesta a nosotros mismos. Nos encontramos a nosotros.

-En la novela actual hay una ansiedad por conectar a todos los personajes. Es algo así como el google. Google es un archivo instantáneo de lo que está ocurriendo.

Nos proporciona el siguiente enlace: http://wetellstories.co.uk/stories/week1

En ese enlace podemos seguir una historia de geolocalización, en inglés, y avanzar por los capítulos a la vez que el personaje por un mapa real. El creador es Charles Cumming y el nombre del relato es 21Steps.

El siguiente tema, lo aborda casi sin soltar el anterior, pues el tiempo apremia, es el google street view. Nombra a Jon Rafman, que es un fotógrafo que resulta bien interesante como ensayista, habla de Poetic translation y prosigue nombrando a Bill Guffey que coge imágenes del google stret view y las modifica a su antojo. Lo llaman el paisajista de Google Street View.

Elvira Navarro, la escritora, está sentada a mi lado. O eso pienso. Yo creo que sí, que era ella. Alguien por detrás ha susurrado su nombre y ella ha parecido mirar. Sigo anotando nombres y páginas que Vicente nos va regalando a toda pastilla, el tiempo de la conferencia se agota. Se agota. Se agota. Apunto al vuelo, desordenadamente, sobre la hoja en blanco de mi cuaderno:

Jennifer Cruzca. Lies
like truth.
Escenas bíblicas vistas desde Google
Earth
. Jack Tooun. Perfect
view 2002-7.
Ciudades vistas en 360º. 360 cities. Christoph Niemann. New York Times. Aplicación
Collage
. Cruce de imágenes del Google Earth. Jorge Carrión. GR-83. Autobiografía sin vida.



- Todas estas tecnologías se pueden usar para el bien pero tb pueden audar a fines poco lícitos. La cibercultura nos hace ver desde perspectivas que nunca veíamos.

Prosigue dando datos, dispersos, interesantes, hay que elegir entre anotar o escuchar. Escucho. Su voz, acierto a pensar, se dispara a la velocidad de la luz. Como en algunas clases de la Facultad, cuando alguna vez fui estudiante, salgo con apuntes cogidos a medias. Insatisfecha de que un tema tan interesante haya durado tan poco y de no haber podido rellenar más hojas de mi cuaderno.

Oigo el nombre de Andrés Neuman. Vicente ha dicho que anda por ahí detrás. He mirado varias veces tratando de reconocer su melena, su barba, sus ojos tan vivos, su sonrisa encantadora, pero sólo he visto desconocidos y un tipo parecido a Chuck Norris que ya me he encontrado en varias conferencias.

- Si una cosa no te lleva a otra, olvídala -prosigue Vicente, apurando los últimos segundos de la conferencia. Yo he dejado de buscar a Andrés- Tal vez google se basa en eso.

- Google es pura filosofía -dice para terminar.

Nos deja una frase sacada de un texto de Platón:

Empleo la palabra sabio para designar al que puede
efectuar un cambio en algunos de nosotros
.

Loli y yo nos apresuramos a salir de la sala. La siguiente cita la tenemos con Rafael Chirbes a las 21h y son las 20h. Decidimos bajar a la segunda planta a tomarnos un café. Son gratis. Cortesía de illy y la muchacha, italiana, es muy simpática. En cuanto salimos por la puerta reconozco ese pelo oscuro, ahora más largo que el mío, lacio, cortado en dos y con un largo próximo a los hombros. Intuyo la sonrisa, aunque esté de espaldas. Los dientes blancos. El acento medio argentino-medio granadino. Se vuelve. Nos sonreímos.

- Hola, Isa -dice arrastrando la i, (haciendo sonar mi nombre: iiiiiisa).
Nos vimos hace tan sólo un par de días, en Málaga, en el salon de los espejos del Ayuntamiento de Málaga. Nos despedimos en la escalinata de fuera, ya anochecido. Quedamos en volver a vernos en Madrid. El momento era aquí y ahora. Yo llevaba su Bariloche bajo el brazo. Viajó en el AVE conmigo. También llevaba El último minuto, recién adquirido en FNAC de Callao. Tras el saludo, las palabras, (todas anotadas en algún lugar donde no se olvidan, no sobre un cuaderno), y un par de fotos, porque Andrés y yo nunca nos hacemos una sola foto, nos despedimos hasta después.

Ya lo he comentado alguna vez. Las fotos con Andrés siempre son dos. Reímos siempre con la segunda, más que con la primera, ¿o al contrario? Corrígeme Andrés. A veces pienso que nos hemos visto más veces de las que recordamos. Pura sintonía. Eso siento con Andrés. El minuto de despedirme es agónico. ¿Cuándo volver a encontrarnos? Es mejor así, por la sorpresa del reencuentro.

Loli y yo bajamos en busca del café. Vamos por las escaleras. Dos manchas negras y borrosas nos preceden, varios escalones más abajo, tal vez en la planta anterior. Uno de ellos se ha quedado confuso cuando le he dicho que el lugar donde va a dar su charla o hacer su entevista no tiene buena acústica. Tal vez hablan de eso mientras bajan los escalones y se dirigen a una conferencia a la que Loli y yo no asistiremos.

Nos pedimos ese café al fin. Sopesamos regalarle un librito a la chica del café, que entre italiano y español, le habla a una compañera de Facultad sobre su beca. Loli está cansada. Le duele la cabeza. Yo estoy de subidón-subidón. Tanto libro y tanta literatura junta me hacen feliz. No puedo abandonar la sonrisa. Soy incapaz. Como Ana Torroja en su último disco.

Vicente Luis Mora aparece en el hall, se para a charlar con un amigo, muy cerca nuestra. Cuando se queda solo decidimos saludarnos.


Resulta ser un chaval encantador. Le regalamos álbum de familia y hablamos sobre Málaga, el pescaito, etc, etc. Cuando lo dejamos, agradecido por el regalo, y habiendo comentado su charla exprés, nos paramos a saludar a Fernando Paz, director de desarrollo de La Fábrica Editorial. Nos reconoce de la conferencia de Juan Bonilla. Hablamos sobre el Festival Eñe en su conjunto y sobre alguna de las conferencias a las que hemos asistido y algunas que nos hemos quedado con ganas de asistir y que se pisaban unas con otras. Le regalamos un libro también a él. Se muestra encantado y nos da su tarjeta. Lo felicitamos por el gran trabajo del festival.

A las 21h nos dirigimos a la sala Fernando de Rojas. Queremos conocer y escuchar a Rafael Chirbes. Esta será nuestra última conferencia antes de ver a Neuman a medianoche. Hora de duendes, de hadas y de una sesión espiritista con Edgar Franz Milton.




Continuará...


I.M.G.
Fotografías propiedad de Isabel Merino González.




















4 comentarios:

  1. Isa ¿te he dicho alguna vez que me encanta leer tus crónicas? ¿Recordar esos dos días intensos de literatura que vivimos en Madrid? Aunque me doliera la cabeza lo pasé muy bien. Y Neuman qué simpático es contigo :)

    Bsnes
    L;)

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  2. Gracias Loli. Sentí mucho que te doliera la cabeza. Sé lo fastidioso que es....

    Neuman es simpático con todo el mundo. Más buena gente que es.... ayyyyy (abrazo de oso)

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  3. Crónica interesante, realmente hay mucho que decir de Google, me imagino que fue difícil seguir el ritmo de esa conferencia. Menos mal que había café.
    Muy interesante, como todo lo que has ido contando hasta ahora. Es estar allí.
    Hasta la próxima, Isa
    Un beso

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  4. Gracias, la verdad es que fue la conferencia que más trabajo me costó seguir. Vicente tenía mucho que contar y contaba con poco tiempo. Demasiada información y a una velocidad importante. Fue complicado seguirlo, como le comentamos más tarde. Sin duda el tema era interesantísimo.

    Saludos

    isa

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