lunes, 30 de mayo de 2011

Midnight in Paris




Midnight in Paris, es la última película de Woody Allen, protagonizada entre otros por Owen Wilson, (magnífico en su papel), Rachel McAdams, Marion Cotillard y Kathy Bates.


El viernes noche acudí al cine con unos amigos a ver la "última de Woody". Me preocupé de no saber absolutamente nada sobre ella, excepto, como todos sabemos, que triunfó en Cannes, que salía Carla Bruni, (porque la prensa nos ha bombardeado con esta curiosidad), y que sucedía en París. Soy asidua al cine de este hombrecillo enclenque, de gran talento, que toca el clarinete y que cuyo nombre se ha convertido en sello de garantía para su público, sin embargo he de admitir que sus últimos trabajos no me han parecido estar a la altura de los anteriores, por lo que me senté en la butaca de cine algo excéptica.

El excepticismo se me fue en los primeros planos, donde se presenta al gran personaje de la película: PARÍS. No me di cuenta de que PARÍS era el personaje central de la película hasta que mi amigo Pedro me lo comentó a la salida. Primeros planos de ese París que he tenido la suerte de visitar hasta en cinco ocasiones, y después los créditos de los actores. Estaba claro, decía Pedro, esos planos fantásticos, esas postales de cine de la ciudad de los bohemios, del amor, de la Tour Eiffel, eran la presentación del único, primer y gran protagonista de Midnight in Paris: PARÍS.


Si habeis leido las críticas, yo lo he hecho una vez visionada la película, os encontrareis con frases como esta:


- Una ingeniosa comedia muy divertida y con mucho encanto.

- A medio camino entre La rosa púrpura de El Cairo y Cenicienta. Deliciosa.

- París resplandece en esta divertida fantasía con viajes en el tiempo.

- Ritmo ágil y la concisión de los mejores trabajos de Allen.

- Allen juega con su propia debilidad por la nostalgia.

- Una maravillosa carta de amor al presente, al pasado y al futuro.

- Etc.


¿De qué trata? Bueno, a groso modo podría decir que es un canto a la nostalgia, o tal vez a la inconformidad que tenemos con nuestro presente, pero una sinopsis más completa sería la siguiente:


Un escritor norteamericano algo bohemio, viaja a París con su prometida y los padres de ésta, que son ricos, y les gustan las compras, los hoteles de lujo, las cenas caras, etc. Él, más bohemio, y en plena crisis con su primera novela, se imagina cómo sería vivir en el París de los años veinte y encuentra todo el encanto en la ciudad, que les pasa desapercibido a su prometida y a su familia, que ven la ciudad como los típicos turistas. Paseando, solo, por el barrio Latino de la ciudad, a medianoche, suenan las campanas de una iglesia y un coche de los años veinte se detiene junto a él y lo invita a subir. Se ve entonces transportado a esa época mágica y dorada, donde conocerá a personajes que jamás imaginaría que conocería. (Nombraré a un par de ellos, para que os hagais idea de los grandes personajes, (escritores, pintores, músicos, etc), que os encontrareis en esta película y que aparecen tan bien caracterizados que cuesta trabajo pensar que no son ellos mismos que han vuelto para trabajar con el maestro Allen: Dalí, Hemingway o el mismísimo Picasso).


Divertidísima, nostálgica, romántica... una gran película que no os debeis perder, sobre todo si sois divertidos, nostálgicos y románticos. Yo la disfruté muchísimo, cada fotograma. No sólo porque el protagonista fuera escritor y se encontrara en la tesitura que nos encontramos muchos de los que escribimos, si no porque desde que te sientas en la butaca del cine, tú también viajas a París y vives esas aventuras como propias.


El mensaje que yo saqué, y que no sé si coincidirá con el que saquéis vosotros, ya me contaréis si la veis, es que hay que vivir el ahora y disfrutarlo. Nosotros soñamos con una época pasada que pensamos que es la dorada, en la que quisiéramos vivir. Si viajásemos a esa época, veríamos cómo los contemporáneos de la misma, sueñan con otra época anterior que es la que ellos creen que es la ideal para vivir, un nuevo viaje a esa época y veremos cómo ellos también sueñan con otra anterior y así hasta nunca acabar. Por naturaleza siempre pensamos que lo mejor está en el pasado y con ello no disfrutamos el presente porque cualquier tiempo pasado fue mejor, como dice la canción. Woody Allen reflexiona sobre esto en su película y nos hace reflexionar a nosotros mostrándonos lo mejor de cada época y cómo nuestro presente, algún día será la época dorada de alguien del futuro al que le habría gustado disfrutar lo que nosotros no somos capaces ahora de valorar.


Por lo tanto disfrutemos de nuestra propia época dorada, de nuestra propia Belle Epoque, de nuestro propio presente, con el que otros soñarán, nosotros estamos aquí, ahora y podemos disfrutarlo y contarlo. Hagámoslo. Dejemos de soñar en pasado. Viajemos a él sólo a medianoche, a ser posible, cuando viajemos a París.


Mientras veía las imágenes, las mezclé con algunas que guardo en mi haber, como la primera vez que visité la ciudad de la luz, en 1989. Llegamos de noche, en autobús, unos chavales que celebraban haber terminado el BUP. Una niebla espesa cubría la ciudad y todos preguntábamos, pero dónde está, ¿dónde está? Uno no piensa que esté en París si no la ve, ni de lejos. Ameneció con la misma neblina al día siguiente. Y seguíamos sin verla y pensamos: no será tan grande, ni tan alta, ni tan mágica. Pero de repente llegamos a Les Chaillots, (creo que se escribe así) y apareció como un espejismo, entre la niebla, erecta, hermosa, gigante: La Tour Eiffel. He subido varias veces hasta arriba, en diferentes años, y cada vez me he maravillado con las vistas de ese París que soñamos conocer desde niños. El grandioso París. Mi primo Marc, que ha vivido varios años allí, me hizo subir al Arco del Triunfo la última vez que estuve, para poder observar cómo todos los caminos llegan o salen de él, ver cómo anochece en París desde su "terraza", ver cómo se ilumina la Torre y cómo chispean miles de bombillas a las en punto. Me he perdido por Montmartre, por la Place Du Tertre, donde un pintor con una barba similar a la de Fray Leopoldo nos dijo a mi amiga Men y a mí: "españolas, sangrrrre de tooorrrro, mujer mía catalana myyy celooosaaa". Comer una crepe frente al Sacre Coeur y subir y bajar las escalinatas hasta el tío vivo de la base, donde todas creemos ser Amelie. Tomar un capuccino cuando arrecia el frío, frente a la pirámide de cristal de Le Louvre, surcar el Sena mientras suena música de los años veinte, entrar el Moulin Rouge y recordar la época de la Belle Epoque. Comer unas galletas oreo contemplando a la Torre Eiffel, compartir habitación, como en un chiste, con un inglés, un americano, un alemán y un chino, recorrer en coche cámara de video en mano, todas y cada una de las calles del centro, perderme en un gigantesco FNAC, buscar las tumbas de Morrison, Oscar Wilde o Chopin en un laberíntico cementerio gótico. Mirar de frente a la Mona Lisa y hablarle con la mirada, en voz baja, casi en susurros. Reírme en diferentes épocas, y calles, contemplando seguramente grabados y pinturas, regateando souvenirs, cantando canciones de Edith Piaf, contemplando La Madelaine, brincando por los campos Elíseos, resguardándome del granizo en un puesto de palomitas, luchando con un paraguas sobre un puente del Sena, reencontrarme con Van Gogh en D´Orsay, dar de comer a los gorriones de los jardines de Luxemburgo, contemplar la Sorbona y haber querido estudiar allí... y al fin... ser yo tan igual y tan distinta cada vez, la que vuelve a PARÍS.



I.M.G.





8 comentarios:

  1. ME ha parecido que estaba en París corriendo contigo de la mano por las calles y que me ibas diciendo mira allí tal, mira acá ésto, en el medio se te escapa la gran.... todo visto, todo olido, todo oído, todo sentido... Se me ocurre que podías escribir una conversación con Allen sobre París, sobre tu París, tan personal, tan bucólico para todas nosotras... ¡Me chuparía los dedos! como he hecho hoy con tu bello relato... solo un pequeño pero... ¡qué ha sido muy corto! je, je.... No me cansaba de leerte y disfrutar!!! ¡¡París, París... oh, là, là!!!
    Baisers, ma chérie!!!

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  2. Me suelen gustar las películas de este hombre, La rosa purpura del Cairo fue una de ellas. He leído bastantes buenas críticas de esta, y tenía previsto verla. Ahora con más motivo, cuanto entusiasmo en tu post, me has hecho creer que estaba en París yo también, Isa. Ya te contaré si coincido con tu mensaje.

    Besos desde París.

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  3. mmm, MariCari, no es mala idea esa de "conversaciones con Allen, desde París". No suena mal, ¿no? jeje. NO sé si has estado en París, si es así, sabrás que merece la pena visitarlo y que cada vez que se visita es distinta y mágica. Sin duda, volveré. Me alegra que hayas paseado conmigo y visto lo que yo vi. Engancha, ¿verdad? Volvamos a París!!!

    Si puedes, échale un vistazo a la peli. Merece la pena.

    Besitos

    Isa

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  4. Gracias Elysa, la verdad es que me puse a hablar de la peliy acabé contando ciertas anécdotas de mis viajes a la ciudad de la luz. Tan divina. Tan bella. Tan especial. Tan París.

    Esta película merece la pena verla y si te gustó La rosa púrpura, te encantará. Ya me contarás.

    Besos

    Isa

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  5. Hola Isa,
    me he saltado parte de tu comentario para "ir virgen" a ver la peli (sólo hago lo que recomiendas...ya volveré a leer la entrada completa después de verla).Cómo cunde tu París. Yo lo conozco de una sola ocasión, pero con tu entusiasmo me han dado unas ganas locas de volver YA. Todo se andará...
    Pero mientras tanto, sigue contando, pero sólo de tu Paris ¿eh?...no me cuentes que el asesino es el mayordomo, je,je...

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  6. Inma, has hecho bien en no leerlo, vuelve cuando la veas y comenta, seguro que lo harás largo y tendido, porque a ti, estoy segurísima, también te encantará Midnight in Paris ;-)

    París es después de Londres, la ciudad europea que más he visitado, y cuando me reencontré con ella en esa sala de cine, me di cuenta de que aunque haga apenas año y medio que regresé... pronto habré de visitarla de nuevo. NO puede ser de otro modo.

    Besitos y hasta el jueves
    Isa

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  7. Que años aquellos, Isa. Tu al menos has ido más veces yo me quede en la primera, aunque algún día iré con la familia. Un beso.Mercedes

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  8. Ay, Mercedes, qué ganas tengo de ver las fotos de aquel 89, todas las que me faltan, ¿cuándo quedamos again?
    Lo pasamos bien, y compartimos habitación, ¿te acuerdas? Fue nuestro primer gran viaje, ¡y qué viaje!, desde entonces tengo el gusanillo, o desde nuestro Madrid de 1987... mis primeros viajes los compartí contigo, ya ves... me trajeron buena suerte y ansias de viajar. Nunca viaje se olvida y todos son especiales por algún motivo, pero los primeros siempre serán los primeros, querida amiga ;-)

    Un besazo y qué bonito compartir recuerdos y vida, eh

    Isa

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